Brasil analiza la situación de sus aeropuertos de cara al Mundial de Fútbol 2014.
AgenciasRÍO DE JANEIRO.- El Gobierno de Brasil, que en los dos últimos años concedió a la iniciativa privada la operación de cinco importantes aeropuertos, descarta otorgar por ahora nuevas terminales aéreas, informó hoy una fuente oficial.
Los demás aeropuertos continuarán bajo la gestión de la estatal Infraestructuras Aeroportuarias (Infraero), explicó el ministro de la Secretaría de Aviación Civil de la Presidencia, Wellington Moreira Franco, en una rueda de prensa en Río de Janeiro.
El funcionario agregó que el objetivo inicial del Gobierno era conceder los aeropuertos que ya fueron subastados, los internacionales de Sao Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte y Brasilia.
Estos aeropuertos están entre los cinco de mayor movimiento del país, así como el de Viracopos, en el interior del estado de Sao Paulo y uno de los más importantes para el transporte de cargas.
"La primera etapa del programa definido por la presidenta Dilma Rousseff para modernizar la infraestructura aeroportuaria era la concesión de los mayores aeropuertos para que pudiésemos traer grandes operadores y generar un ambiente de competición que beneficiase a los pasajeros en precio, calidad del servicio y seguridad", aseguró.
La nueva etapa, agregó el secretario, es evaluar las concesiones que fueron realizadas. "Necesitamos hacer una evaluación para medir el impacto de esas concesiones", afirmó.
Moreira Franco dijo que el Gobierno también se propone estimular la aviación regional y que para ello realizará inversiones en 270 aeropuertos de ciudades medianas y concederá subsidios que reduzcan los precios de los pasajes aéreos en esos terminales.
Brasil subastó en noviembre pasado por 20.838 millones de reales (9.471,8 millones de dólares), valor 3,5 veces superior al que pedía, las concesiones para operar los aeropuertos internacionales de Río de Janeiro y Belo Horizonte, respectivamente el segundo y el quinto de mayor movimiento en el país.
La concesión del aeropuerto de Río fue disputada por cinco consorcios, tres de los cuales también presentaron ofertas por el de Belo Horizonte y entre los que figuraban importantes operadoras de Alemania, Francia, España, Suiza y Singapur.
La operación del aeropuerto de Río por 25 años se la adjudicó un consorcio liderado por la constructora brasileña Odebrecht (60 %) y cuyo operador es la singapuresa Changi (40 %).
Los derechos para operar por 30 años el aeropuerto de Belo Horizonte los adquirió el consorcio liderado por la concesionaria brasileña CCR (75 %), que cuenta con la participación de los operadores de los aeropuertos de Zúrich (24 %) y Múnich (1 %).
El programa de privatización de aeropuertos había comenzado en febrero de 2012, cuando el Gobierno subastó la operación de los terminales de Sao Paulo, Brasilia y Campinas, adjudicados en esa orden a operadoras de Sudáfrica, Argentina y Francia.
El aeropuerto internacional de Sao Paulo, el de mayor movimiento de Brasil, fue concedido a un consorcio que tiene entre sus socios a la operadora sudafricana Airport Company South Africa (ACSA).
Con la privatización de sus principales aeropuertos, Brasil se propone atraer inversiones para el sector y mejorar el transporte aéreo de cara al Mundial de fútbol que Brasil organizará en 2014 y a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.