La Autoridad del Canal de Panamá y Grupo Unidos por el Canal todavía no llegan a acuerdo para retomar las obras.
EFE
CIUDAD DE PANAMÁ.- El retraso de un año en la ampliación de la vía interoceánica ha alcanzado pérdidas de unos US$ 95,3 millones, reconoció el administrador de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), Jorge Luis Quijano, en un diálogo con los sindicatos panameños.
Quijano se reunió con líderes del Consejo Nacional de Trabajadores Organizados (Conato), a quienes presentó un informe de las conversaciones con representantes del Grupo Unidos por el Canal (Gupc), que el 5 de febrero suspendió la construcción del tercer juego de esclusas.
La paralización de obras es el resultado de la presión del Gupc, integrado por la empresa española Sacyr Vallehermoso, la italiana Salini Impregilo, la belga Jan de Nul y la panameña Constructora Urbana, S.A. (Cusa), para exigir a la ACP el pago de 1.600 millones de dólares en sobrecostes.
Quijano aseveró que después de la próxima semana, la ampliación del Canal no puede seguir paralizada. "Ya 'ta bueno (...), o lo arreglamos o vamos pa'lante" (con recursos propios), resaltó en tono enérgico el jefe de la entidad canalera, tras prometer que las esclusas serán concluidas en diciembre de 2015.
En ese sentido, aclaró que si el Gupc no prosigue las obras, los obreros cesantes serán recontratados por gestiones de la ACP, porque se necesita la misma mano de obra para adelantar el proyecto de ampliación. Precisó que hay un seguro por US$ 50 millones para hacerle frente a prestaciones laborales en el Canal de Panamá.
La salida al conflicto pasa por el aporte de 100 millones de cada parte, el pago al consorcio de la cuenta pendiente de diciembre y la conversión en préstamo de la fianza de cumplimiento de US$ 400 millones de dólares. Sobre ese punto, la aseguradora Zurich International aún debe pronunciarse.
Los trabajos de construcción del tercer juego de esclusas fueron adjudicados por la ACP al Gupc en 2009, por US$ 3.200 millones, una cifra por debajo del precio base. Pero, en 2013, el consorcio dijo tener problemas de liquidez debido a sobrecostos por imprevistos en el área de excavación y de vaciado de concreto.
Durante el inicio de los trabajos de extracción de rocas en áreas canaleras, el Gupc regaló a los periodistas cajitas con piedras basálticas en su interior, con el objetivo de recordar la megaobra. Sin embargo, años después el consorcio se quejó de la calidad del mismo basalto para elaborar el concreto.
Quijano manifestó haber "actuado con tolerancia", ya que el 5 de febrero tuvo la oportunidad de rescindir el contrato. Adujo que la ACP decidió agotar todos y dio hasta el martes un plazo al Gupc para que retome los trabajos, lo que evitaría un costoso arbitraje.