Tardó once meses y debió vender su Ford Focus 2008 para pagar las cuentas pero Nuno Silva finalmente encontró trabajo como supervisor en un depósito de alimentos del sur del Portugal.
El salario no es gran cosa -unos 15.000 euros (US$20.600) al año- y las temperaturas interiores bajo cero convierten su lugar de trabajo en un iglú, en medio de uno de los puntos más soleados de Europa.
"Algunos de mis amigos que también perdieron el empleo están encontrando trabajo", dijo Silva, de 35 años, el 13 de febrero, día de la inauguración del centro de distribución de Jerónimo Martins SGPS SA, el mayor minorista de alimentos de Portugal. "Al parecer las cosas están mejorando en lo que hace al empleo en Portugal".
Ese diagnóstico también se aplica a Europa. Si bien la economía de la zona euro de 18 países todavía genera menos producción y da empleo a menos personas que antes de la crisis financiera que comenzó en 2008, también ha dejado de promover la combinación tóxica de deuda y falta de decisión política que llevó el experimento monetario más ambicioso de la historia al borde del fracaso.
La recuperación que en primer lugar se reflejó en los mercados financieros gotea desde Alemania. La economía total de la zona euro creció 0,3% en los últimos tres meses de 2013, expandiéndose por tercer trimestre consecutivo.
"La zona euro está empezando a dar señales de recuperación", dijo el 17 de febrero el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) Ángel Gurria en Bruselas. Aunque las tensiones financieras se han atenuado y los niveles de deuda se están estabilizando, "el crecimiento aún es débil y muy disparejo", agregó.
Entonces y ahora
Si bien Europa está por detrás de los Estados Unidos en crecimiento y creación de empleo, la comparación de entonces y ahora es reveladora. En septiembre de 2011, con Grecia, Irlanda y Portugal conectadas a un respirador y España e Italia tambaleando, Timothy F. Geithner, entonces secretario del Tesoro de los Estados Unidos, calificó a la zona euro de "el riesgo más grave para la economía mundial".
En aquel momento, muchos inversores, incluido Mohamed El-Erian, que era máximo responsable ejecutivo de Pacific Investment Management Co., se preguntaba cuánto duraría el euro. Los bonos de Portugal eran una propuesta tan arriesgada que para poseerlos los compradores exigían rendimientos que eran 10 puntos porcentuales más altos que los de los bonos alemanes. Ese diferencial ahora es poco más de 3 puntos porcentuales y Portugal está a punto de ser el tercer país, después de Irlanda y España, que sale de su programa de ayuda.
Esta recuperación de la confianza también impulsó al euro, que ayer subió a US$ 1,3770, a poco más de un centavo de distancia del nivel más alto en dos años alcanzado en diciembre.
El euro "se negocia cada vez más como una moneda de refugio seguro", dijo ayer Peter Kinsella, estratega sénior de monedas de Commerzbank AG en Londres, en una entrevista en el programa de Bloomberg Radio "The First Word" con Bob Moon. "Si el euro sigue fuerte, no preveo que vaya a caer como lo hizo hace dos o tres años".