BRUSELAS.- La troika reconoció hoy la recuperación de la economía de Portugal, pero advirtió de que ésta sigue siendo frágil, y pidió al Gobierno luso un plan de crecimiento y más esfuerzos "significativos" para reducir el déficit público.
En el informe, elaborado por la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) tras la misión que llevaron a cabo en el país del 20 al 28 de febrero acompañados de los expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI), la tríada constata que la economía lusa ha comenzado a recuperarse en los últimos doce meses.
En su penúltima misión al país, la troika concluyó también que el cumplimiento del programa de ajustes que Portugal asumió a cambio del rescate de 78.000 millones de euros "se mantiene en el buen camino".
El empleo también se mantiene al alza desde la segunda mitad de 2013, a la vez que la tasa de desempleo cae de manera continuada, descendiendo desde el 17,3% hasta el 15,3% a lo largo del pasado año.
Sin embargo, la tríada recalcó que "la recuperación sigue siendo frágil, y es probable que el exceso de deuda pública y privada pese sobre las perspectivas a medio plazo, mientras que la necesaria transición de un modelo de crecimiento basado en la demanda interna a una expansión impulsada por las exportaciones sigue siendo un reto".
"Por lo tanto, es esencial que el Gobierno portugués desarrolle una estrategia de crecimiento sólido a medio plazo con el fin de llevar el impulso actual (de la economía) más allá del horizonte del programa" de ajuste asociado al rescate financiero, que expira el próximo 17 de mayo, afirmó.
Respecto a las políticas fiscales, la troika aseguró que los riesgos de que el país no cumpla con los objetivos de reducción de su déficit público este año "están más equilibrados", aunque advirtió de que los "riesgos a la baja" en el logro de la meta "siguen siendo importante".
En este sentido, apuntó a las próximas sentencias del Tribunal Constitucional luso sobre varias medidas de consolidación incluidas por el Gobierno en la ley presupuestaria de 2014.
"Si alguno de estos riesgos se materializa, el Gobierno sigue comprometido a aplicar medidas compensatorias de igual peso y calidad para lograr el objetivo", recordó la tríada.
Además, apuntó a que el país necesitará llevar a cabo "esfuerzos de consolidación significativos" para cumplir con el objetivo de reducir el déficit al 2,5% del PIB en 2015 y a medio plazo para lograr que el desvío estructural se sitúe en el 0,5% del PIB en 2017.
Los acreedores internacionales también pidieron a Lisboa un "control estrecho sobre los gastos, mientras que se dan pasos adicionales para fortalecer la recaudación fiscal,” a la vez que se mejora el sistema de gestión de finanzas público "en todos los niveles de gobierno".
La troika también consideró que el empleo público "debe ser aún más racionalizado, con los nombramientos y los salarios basados estrictamente en el mérito", a la vez que se reducen los costes de las empresas públicas.
En cuanto al sector financiero, la tríada afirmó que se ha preservado su estabilidad, pero lamentó que el bajo rendimiento, el alto nivel de morosidad y el alto nivel de deuda corporativa supongan "riesgos para los bancos, lo que afecta a la capacidad de la economía en general de crecer en un futuro".
La troika también indicó que es necesario continuar con las reformas estructurales "para reforzar y mantener el cambio a un crecimiento económico liderado por unas exportaciones sostenibles", a la vez que se aplican de manera efectiva las reformas ya puestas en marcha.