MILAN.- La compañía aérea de los Emiratos Árabes Unidos, Etihad cerró este miércoles la compra del 49% del capital de la compañía aérea italiana, Alitalia y podría poner en marcha un plan de reestructuración para suprimir miles de empleos y reflotar la aerolínea italiana, con graves problemas financieros.
Tras seis meses de negociaciones, con tensiones con los bancos y los sindicatos, las dos compañías anunciaron el acuerdo sin revelar el monto ni los detalles.
"Alitalia y Etihad Airways confirman un acuerdo sobre los términos y las condiciones de la operación por la cual Etihad Airways comprará una participación del 49% de Alitalia", indicó el comunicado.
Ambas compañías anunciaron que finalizarán "en los próximos días" los detalles del acuerdo, que todavía tiene que ser aprobado por las autoridades de la competencia.
"Siempre confié y continúo confiando en el resultado positivo de la operación", dijo tras el anuncio el ministro italiano de Transportes, Maurizio Lupi, muy implicado en la operación.
"Está cada vez más claro que había que llevar a cabo este matrimonio porque cada vez es más evidente para todo el mundo que se trata de una inversión industrial importante, con perspectivas de desarrollo concretas para nuestra compañía", escribió el ministro.
"Próximamente voy a reunirme con los sindicatos y con el ministro de Trabajo, Giuliano Poletti, para estudiar la cuestión de las supresiones de empleo", añadió.
Los puntos más conflictivos en las negociaciones que empezaron el año pasado han sido la enorme deuda de la compañía nacional italiana (cerca de US$ 1.362 millones) y la cuestión de los despidos.
Aunque Alitalia nunca ha hablado públicamente del número de esos despidos, su administrador delegado, Gabriele del Torchio, advirtió a principios de junio que la reestructuración será "compleja y dolorosa porque no hay "otra alternativa".
Según Del Torchio se podrían suprimir hasta "2.200 puestos de trabajo estructurales" de una plantilla total de 12.800 personas.
La llegada de Etihad también preocupa en el norte de Italia por su posible impacto en el aeropuerto de Milán Malpensa, que podría reducir su actividad en beneficio de otros aeropuertos.