FRANKFURT.- La ministra de Empleo alemana, Andrea Nahles, pidió hoy a los países industrializados una mayor protección de los trabajadores en todo el mundo, en un mensaje dirigido también a los que se benefician a través del comercio mundial de las malas condiciones de trabajo en algunas naciones.
La socialdemócrata Nahles apeló a la responsabilidad de los países más ricos y de las empresas en relación con el accidente en una fábrica textil en Bangladesh.
En un congreso sobre Seguridad y Salud en el Trabajo, celebrado en Frankfurt, Nahles dijo que "la integridad física no es una pregunta de rentabilidad sino un derecho humano".
"Todos los responsable deben tener claro que la seguridad en el trabajo aporta ventajas competitivas", según la ministra de Empleo alemana.
Asimismo Nahles apeló a la conciencia de los consumidores a la hora de establecer pautas de consumo.
"No puede darnos igual que en otros países mueran personas porque las condiciones de trabajo son tan malas y porque consumimos los productos baratos sin pensar sobre ello", dijo Nahles.
Anualmente mueren en todo el mundo 2,3 millones de personas debido a enfermedades y accidentes laborales, según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
"Muchas personas sólo tienen la elección entre pobreza y un trabajo con peligro de muerte", declaró el director general de la OIT, Guy Ryder.
La OIT cifró los costes directos e indirectos de las malas condiciones de trabajo y los accidentes laborales en 2,12 billones de euros.
En Alemania, donde las condiciones de trabajo son mucho mejores que en las economías emergentes, murieron el año pasado 455 personas por accidentes laborales, 45 menos que en 2012, según cifras del Seguro de Accidentes Legal Alemán (DGUV).
Expertos de todo el mundo discutirán en Frankfurt hasta el próximo miércoles cómo se puede mejorar la seguridad laboral en el Vigésimo Congreso para Seguridad y Salud en el Trabajo, organizado por la OIT, la DGUV y la Asociación Internacional para Seguridad Social.
En el congreso, que se celebra cada tres años en un país diferente, participarán previsiblemente este año unas 4.000 personas de 139 países.