ZÜRICH.- El Banco Nacional Suizo (BNS) revisó este jueves a la baja sus previsiones de crecimiento e inflación, una prueba de la exposición del rico país centroeuropeo a las dificultades de la Eurozona.
El banco central mantuvo además su tasa directriz entre 0% y 0,25% y dijo que defenderá un nivel bajo del franco suizo "con toda la determinación necesaria" para ayudar a las exportaciones.
El instituto emisor revisó a la baja su previsión de crecimiento de la economía suiza este año, a 1,5%, frente al 2% que esperaba hasta ahora.
El BNS alegó que "las perspectivas económicas se han degradado sensiblemente", y que la recuperación de la economía mundial va a ser "más floja de lo esperado hasta ahora".
En particular, el BNS teme el efecto de la zona euro, donde el crecimiento estaba estancado en el segundo trimestre, y la inflación en 0,4% en agosto, amenazando con convertirse en deflación, una baja continua y generalizada de precios que desalienta la actividad.
En este contexto, el BNS ha mantenido su previsión de inflación para este año (0,1%), y ha revisado a la baja sus proyecciones para los dos próximos años. En 2015 espera un aumento de los precios de 0,2% (frente a 0,3% hasta ahora) y en 2016 un 0,5% (frente a 0,9%).
"Los riesgos de deflación se han incrementado de nuevo en Suiza", añadió el banco central.
"A partir de mitad de 2015, la inflación será más floja, por el deterioro de las perspectivas coyunturales internacionales, y también por la ralentización del crecimiento en Suiza", explica el comunicado.
Los mercados esperaban una revisión de la proyección de crecimiento, sobre todo después de que el PIB se estancara en el segundo trimestre. Sin embargo, ha sorprendido la amplitud de la rebaja.
"Es sorprendente ver cómo el BNS ha rebajado su perspectiva a medio plazo", comentó Karsten Junius, economista en J. Safra Sarasin, en una nota.
En este contexto complicado, el BNS se comprometió a mantener una tasa de cambio mínima de 1,20 francos suizos por un euro, y evitar que la moneda se revalorice demasiado y perjudique la competitividad de las exportaciones.
La entidad dijo que para ello está dispuesta a comprar divisas "en cantidad ilimitada" y a tomar "medidas adicionales" si fuera necesario.
El franco suizo, considerado por los inversores internacionales como un valor refugio en tiempos difíciles, ha estado muy demandado en los últimos meses por la tensión persistente en Ucrania, y las dificultades de la Eurozona.
A comienzos de septiembre alcanzó las 1,2045 unidades por un euro, el nivel más alto respecto a la moneda única en dos años.