PARÍS.- La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) rebajó hoy las proyecciones de crecimiento de la economía chilena a causa del abaratamiento del cobre y una menor demanda, en particular de China y el alza de impuestos.
Según el informe Perspectivas publicado hoy por el organismo, la economía local crecerá un 1,9% este año y en un 3,2% el próximo.
En su informe semestral, la OCDE señaló que la recuperación en Chile será moderada a lo largo de 2015 y en 2016, cuando el producto interno bruto (PIB) debería subir el 3,7%.
En su estudio anterior del mes de mayo, había augurado un incremento del PIB del 3,6% en 2014 y del 4,2% en 2015, pero ha tenido que corregirse por la severa ralentización constatada desde mediados de 2013.
Si ese choque se ha debido esencialmente a causas externas, los autores consideraron que también puede reflejar un bajo nivel de inversión empresarial en reacción al alza de impuesto a empresas, producto de la Reforma Tributaria.
De hecho, la inversión bajará este año un 4,5%, antes de recuperarse un 2,4% en 2015 y un 3,3% en 2016.
La OCDE hizo notar que la tasa de inflación interanual subió al 5% en octubre como reflejo de los "efectos transitorios" de la depreciación del peso.
Pero se mostró convencida de que se trata de un fenómeno temporal, y de que el índice de precios al consumo bajará próximamente: después del 4,8% de media en 2014, se situará en el 3,6 % en 2015 y en el 2,1 % en 2016.
En cuanto a la política fiscal, el conocido como el "Club de los países desarrollados" señaló que el Gobierno chileno va a dar un fuerte impulso el próximo año con un avance del 27,5% de la inversión pública, con un alza del 10,2% en la educación y del 11,8% en infraestructuras.
También hizo notar que el Ejecutivo, mientras su posición fiscal se mantenga robusta, tiene margen para prolongar ese esfuerzo si hiciera falta.
Pero también que a largo plazo, en caso de que los precios del cobre siguieran a la baja y de que la recaudación obtenida por la reforma fiscal no fuera la anticipada, eso podría cuestionar el equilibrio presupuestario estructural.
En ese contexto hay que entender el programa de reformas que está llevando a cabo el Gobierno para mejorar la productividad más allá del sector de las materias primas, diversificar los mercados de exportación y el refuerzo de sectores estratégicos.
También su programa para reducir el costo de la energía, favorecer la inversión en ese sector y atacar así el problema de los "cuellos de botella".
La principal amenaza que pesa sobre la economía chilena es un choque externo en caso de que la economía china no avanzara al ritmo previsto, ya que eso repercutiría aún más en la bajada de los precios del cobre y recortaría las inversiones.
Los efectos inducidos serían un menor crecimiento en Chile, nuevas depreciaciones del peso y mayor inflación.