TOKIO.- La operadora de la accidentada central nuclear de Fukushima tiene intención de volver a subir el precio de la luz en 2015 a sus más de 30 millones de clientes para seguir reduciendo costes, según explicaron hoy fuentes cercanas a la materia a la agencia Kyodo.
Vista la incapacidad de Tokyo Electric Power (Tepco) para reactivar a corto plazo su planta nuclear de Kashiwazaki-Kariwa, que con sus siete reactores es la mayor del mundo, la empresa se ha propuesto subir de nuevo la factura a sus clientes para sanear sus maltrechas cuentas.
Con esta medida la empresa lograría elevar de 570 a 820 millones de yenes (de 3,83 a 5,52 millones de euros) el volumen de su rebaja de costes para el próximo ejercicio, indicaron dichas fuentes.
Para final de año un comité formado por técnicos de la eléctrica y consultores externos publicará un informe detallando todas las medidas para lograr este objetivo, añadieron.
La mayor eléctrica nipona, parcialmente intervenida por el Estado como parte de su plan de reestructuración a 10 años aprobado tras el accidente en Fukushima en 2011, afronta costes multimillonarios para financiar las labores de desmantelamiento de dicha central y las indemnizaciones para los afectados por el desastre nuclear.
En 2012, la compañía ya subió el precio de la electricidad más de un 8 por ciento para los hogares y un 17 por ciento para las empresas.
TEPCO, que da servicio a los más de 30 millones de habitantes que viven en Tokio y sus regiones aledañas, esperaba poder reactivar este año los reactores 6 y 7 de su central de Kashiwazaki-Kariwa, situada en la prefectura de Niigata (noroeste).
Sin embargo, los nuevos procedimientos y estándares de seguridad implementados por la Autoridad de Regulación Nuclear de Japón (NRA) este año han retrasado enormemente su posible reapertura.
La población de las localidades cercanas a esa central se han mostrado además contrarias a la reapertura del complejo tras el accidente que sufrió Fukushima Daichi a causa del terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011.
A raíz de ese desastre los 48 reactores comerciales de Japón permanecen detenidos, por lo que las empresas eléctricas han optado por la generación en plantas termoeléctricas, que resulta más cara.