Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.
EFEPARÍS.- Mientras el nuevo gobierno de izquierda griego encabezado por Alexis Tsipras comienza a aplicar su ambicioso programa que incluye la renegociación del endeudamiento nacional, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, lanzó una clara advertencia dirigida las nuevas autoridades de ese país.
"Grecia debe respetar a Europa", afirmó el alto funcionario, quien enfatizó que de ninguna manera se "suprimirá la deuda" helena.
No obstante, admitió que hay "arreglos posibles", durante una entrevista concedida al diario francés "Le Figaro" que aparecerá el jueves.
"Respetamos el sufragio universal en Grecia, pero Grecia debe también respetar a los otros, a las opiniones públicas y a los parlamentarios del resto de Europa", declaró Juncker.
"Arreglos son posibles, pero no alterarán fundamentalmente lo que ya está instalado", agregó.
Sin embargo, "de ninguna manera se suprimirá la deuda griega. Los otros países de la zona euro no lo aceptarán", enfatizó.
Las declaraciones se conocieron un día antes del viaje que emprenderá jefe de los ministros de Finanzas de la zona euro, el holandés Jeroen Dijsselbloem, quien llegaría el viernes a Atenas.
Juncker reveló que se entrevistó con Tsipras un día después de su victoria en las elecciones legislativas.
En tanto, el gobierno dominado por la agrupación izquierdista Syriza y la colectividad de derecha soberanista Griegos Independientes prometió negociar con Bruselas una solución "viable" y "justa al problema de su deuda.
El Ejecutivo heleno exige a sus acreedores internacionales la renegociación del endeudamiento, que asciende a 175% del PIB, y modificaciones en las medidas de austeridad aplicadas desde 2010 a cambio de dos rescates de un total de 240.000 millones de euros.
Al mismo tiempo, aplicó un frenazo a varios proyectos de privatizaciones.
Tsipras, en tanto, insistió en que su gabinete de coalición es "un gobierno de salvación nacional", dispuesto a dar "hasta la sangre para recuperar la dignidad de los griegos".
Los mercados reaccionaron con frialdad ante los primeros anuncios del Ejecutivo y la bolsa de Atenas mostró fuerte descenso.