EFE
BRUSELAS.- La Unión Europea (UE) y Estados Unidos comienzan mañana una nueva semana de negociaciones para tratar de avanzar hacia la firma de un tratado de libre comercio que aspira a convertirse en el mayor acuerdo comercial del mundo, pese los recelos y la oposición social que genera en ambas partes.
Del 2 al 6 de febrero los jefes negociadores de la Unión Europea, el español Ignacio García Bercero, y de Estados Unidos, Dan Mullaney, iniciarán en Bruselas la octava ronda de discusiones del Acuerdo Transatlántico de Libre Comercio e Inversiones, conocido como TTIP por sus siglas en inglés.
Esta ronda será la primera que se celebre desde el inicio de la Comisión liderada por Jean-Claude Juncker y tratará de dar un nuevo impulso al proceso, que se inició hace un año y medio y que se ha visto afectado por las divergencias, los recelos y las dificultades a ambos lados del Atlántico.
El acuerdo engloba un amplio número de cuestiones que abarcan desde el comercio de productos agrícolas y ganaderos, los cosméticos o bienes industriales como los automóviles, pasando por los productos financieros.
"No diría que unas cosas están más avanzadas que otras" de cara al arranque de las conversaciones, afirmaron este viernes fuentes de la Comisión Europea.
Una de las cuestiones más espinosas para ambas potencias son los servicios financieros, punto en el que Bruselas opta por mantenerse prudente.
"Prefiero no decir mucho sobre esto por el momento, es una cuestión que es importante, estamos viendo cómo entablar conversaciones con el Departamento del Tesoro (estadounidense)", señalaron las citadas fuentes.
Otra de las cuestiones de importancia "crítica" para la Unión es lograr un acuerdo sobre los procesos de licitaciones, donde Bruselas espera "encontrar una manera de avanzar", aunque por el momento no hay nuevas propuestas sobre la mesa.
El sistema estadounidense deja en manos de los estados buena parte de los criterios a aplicar en el caso de las licitaciones, aunque éstas cuenten con fondos federales, lo que complica cerrar un acuerdo global.
Los europeos propondrán un sistema de cooperación de los reguladores, con la creación de un "organismo que establezca las prioridades para ambas partes", una idea a la que aún no han reaccionado de manera oficial sus socios americanos, indicaron las fuentes.
Otro tópico importante para los europeos es el "paquete de movilidad", que incluye el reconocimiento de las cualificaciones profesionales a ambos lados del Atlántico, algo que también se complica por ser una competencia estatal en Estados Unidos y no federal.
Los países europeos también están interesados en negociar visados especiales para profesionales de alta cualificación, una cuestión que en principio no forma parte del mandato negociador que ha recibido la Comisión para las discusiones, aunque los socios europeos han "mostrado interés" al respecto.
"Estamos discutiendo cómo podemos avanzar en esto", añadieron las fuentes.
Los derechos de los consumidores, los criterios medioambientales, los requisitos que pesan sobre los transgénicos y las carnes hormonadas, o la combinación de los estándares de protección de los derechos de autor con las políticas de promoción cultural son otros de los frentes abiertos.