SEATTLE.- Los puertos de la costa oeste de EE.UU. tardarán alrededor de unos dos meses en llevar a cabo el trabajo atrasado y volver a operar con normalidad después del acuerdo alcanzado el viernes pasado entre patronal y sindicatos, indicó hoy la Federación Nacional de Minoristas (NRF).
"Tomará tiempo hacer todo el trabajo atrasado y volver a la rotación normal", afirmó en un comunicado el portavoz de la NRF Jonathan Gold, quien dijo que las autoridades portuarias le habían informado de que tardarán unos dos meses en recuperar la normalidad.
Los 29 puertos comerciales del Pacífico acumulan toneladas de mercancías en sus terminales y varios barcos de carga llevan días anclados, a la espera de ser descargados a causa del conflicto que durante meses ha enfrentado a los trabajadores y a los gestores de los puertos por la negociación de un nuevo contrato laboral.
"Tenemos un problema de congestión gigantesco, de proporciones épicas desde nuestro punto de vista", indicó hoy el consejero delegado del puerto de Long Beach (California), Jon Slangerup en una entrevista en el canal financiero CNBC, quien también estimó que su puerto no volverá a operar con total normalidad hasta dentro de unos dos meses.
La patronal y el sindicato de trabajadores de los puertos de la costa oeste anunciaron a última hora del viernes haber alcanzado un acuerdo para los próximos cinco años que puso fin a nueve meses de negociaciones y alivió los temores ante un posible bloqueo portuario.
El acuerdo lo lograron los representantes de la Asociación Marítima del Pacífico (PMA) y el Sindicato Internacional de Estibadores y Cargadores (ILWU) con la mediación del secretario de Trabajo, Thomas Pérez, y ahora deberán ratificarlo los miembros de ambas organizaciones.
Por su parte, la Casa Blanca, que en los últimos días se implicó directamente en las negociaciones, emitió un comunicado en el que aseguró que "la resolución de la disputa era una prioridad" para el gabinete del presidente Barack Obama, y calificó el acuerdo alcanzado de ser "un gran alivio" para la economía estadounidense.
Durante las negociaciones, la PMA acusó al sindicato de haber iniciado como medida de presión una huelga de celo que causó reducciones de hasta un 50 % de la productividad en los principales puertos de la costa oeste como Tacoma y Seattle, Oakland, Los Ángeles y Long Beach (California).
Además, los puertos se cerraron parcialmente y dejaron de operar durante varios días festivos de febrero.