SANTIAGO.- El Índice Mensual de Actividad de la Construcción (Imacon) registró en febrero un retroceso anual de 1,2%, con lo cual el indicador completó nueve meses seguidos con cifras negativas, informó la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).
Con la cifra de febrero el crecimiento anual del indicador se ha mantenido por más de un año bajo su tasa promedio histórica de 4,6% anual.
La contratación de la mano de obra -corregida por los efectos estacionales y calendario- disminuyó 5,7% anual en febrero, cifra que no se observaba desde la crisis de 2009. Hurtado señaló que "ello significó una merma de 38 mil puestos de trabajo en doce meses".
Con relación a la demanda de materiales para la construcción, el índice de despachos físicos industriales –que aproxima la demanda de materiales de obra gruesa– continuó descendiendo (-11,6% anual en febrero), en línea con la incesante pérdida de dinamismo de los despachos de cemento.
Según Javier Hurtado, gerente de Estudios del gremio, "el resultado de febrero sigue dando cuenta del debilitamiento que experimenta la actividad sectorial desde mediados de 2014, de la caída del empleo en la industria y de la demanda de materiales de obra gruesa".
Loa anterior se debe al "escaso inicio de proyectos de inversión, principalmente en los sectores minería y energía, ambos altamente incidentes en el gasto total en construcción. Si bien, las expectativas de los empresarios de la construcción muestran signos de mejora en el margen, éstos aún permanecen en una posición pesimista sobre el desempeño del sector, al menos, en un horizonte de corto plazo".
De acuerdo explicó el gremio constructor, lo anterior se atribuye, entre otros factores, a la incertidumbre sobre el impacto de las reformas (tributaria y laboral) en los márgenes de utilidad privados, así como también a las dudas respecto de la capacidad de gestión de la inversión pública comprometida para este año.
Adicionalmente, el Informe de percepciones de negocios de febrero, elaborado por el Banco Central, muestra que las condiciones crediticias siguen siendo restrictivas en cuanto a los requisitos exigidos por los bancos, lo que podría interpretarse como una conducta más cautelosa por parte de las instituciones financieras.