BEIJING.- El Gobierno chino anunció que reducirá los impuestos sobre las importaciones para potenciar la demanda interna y así impulsar una reestructuración hacia una economía más basada en el consumo doméstico y menos en la inversión.
Así lo avanzó el Consejo de Estado (Ejecutivo) chino en una reunión presidida por el Primer Ministro, Li Keqiang, de la que informó en un comunicado difundido a última hora del martes por la agencia oficial Xinhua.
Entre las medidas adoptadas, hay reducciones a los impuestos sobre la importación de bienes altamente demandados por el mercado chino, que serán adoptadas antes de junio, y que se espera ampliar posteriormente.
También se rebajarán las tasas que gravan la compra de ropa o de productos cosméticos.
Asimismo, se retirarán las tarifas a la importación "irracionales" en las inspecciones aduaneras y se promoverá que estos controles faciliten la importación.
Se incrementará igualmente la cantidad de tiendas libres de impuestos ("duty free") en los aeropuertos y demás puertos de entrada a China, así como la variedad de productos que se venden en ellas.
El Gobierno chino también favorecerá el establecimiento de más comercios y los intercambios entre las tiendas virtuales y físicas.
Además, el Consejo de Estado decidió revisar los impuestos internos sobre las tierras raras, el tungsteno y el molibdeno, materias primas esenciales en la fabricación de productos tecnológicos, para que se basen en los precios en lugar de en la cantidad comprada.
Tras eliminar la semana pasada los impuestos a la exportación de estos materiales, el Gobierno chino pretende ahora reducir la carga fiscal para las firmas nacionales que los utilicen y también prohibió a los gobiernos locales que creen nuevas tasas.
El Ejecutivo chino también anunció este martes un plan para acelerar la modernización de los combustibles empleados en el gigante asiático y extenderlos más allá de las principales ciudades, donde ahora se utilizan.
El plan introducirá en 2016 la obligatoriedad del consumo de gasolinas y gasóleos de la llamada "quinta generación", con unas emisiones de sulfuro de 10 partes por millón, en las once provincias del este de China y en 2017, en el conjunto del país.
Por otra parte, el Ministerio de Finanzas chino instó a las administraciones locales a profundizar las reformas fiscales, reducir las trabas administrativas y a gastar los fondos fiscales sin utilizar.