IKEDA, Japón.- Ocho niños fueron asesinados este viernes y más de 20 heridos, algunos de gravedad, por un hombre que irrumpió en una escuela primaria y comenzó a apuñalarlos a mansalva con un cuchillo de cocina.
Los lesionados fueron más que nada alumnos de siete y ocho años de la escuela primaria de Ikeda, un suburbio de la ciudad occidental de Osaka, informó la prensa japonesa.
Al menos dos maestros también resultaron heridos, dijo la policía, uno de ellos de extrema gravedad quien tuvo que ser sometido a una operación quirúrgica.
El ataque, sin precedentes en un país tradicionalmente seguro como Japón, ocurrió a media mañana. "Hay ocho muertos confirmados", dijo un funcionario del departamento de bomberos de Ikeda.
La policía mantenía arrestado a un hombre de 37 años que al parecer recibía tratamiento por esquizofrenia. "Hemos arrestado a un sospechoso", dijo un portavoz de la policía local.
Se informó que el hombre entró en la escuela con un cuchillo de 15 centímetros y comenzó a apuñalar a los niños en un ataque que según los periódicos duró más de 10 minutos. "Llegó blandiendo un cuchillo y empezó a apuñalar", relató una alumna de primer grado.
Una niña de 6to grado dijo que "estábamos atendiendo a un anuncio el los altavoces cuando de pronto se escuchó un grito y un ruido como de un escritorio que caía. Entonces escuché a alguien que gritaba desde abajo: "!Corran!".
El motivo del incidente aún no era claro, pero la cadena de televisión nacional NHK reportó que el sospechoso dijo a la policía que había ingerido 10 veces la dosis normal de tranquilizantes y hablaba balbuceando.
Mientras los tiroteos en las escuelas se están convirtiendo en un hecho terriblemente común en las escuelas de Estados Unidos, ninguna tragedia de este tipo había ocurrido nunca en una escuela japonesa.
Gritos y sangre
Los testigos dijeron que varios niños corrieron hasta un supermercado cercano pidiendo ayuda. "Uno de los niños, cuya espalda estaba toda manchada de sangre, cayó al piso frente a la cajera. Estaba pálido y no habló ni una palabra", relató un periódico citando a una empleada del supermercado.
La tranquilidad de la mañana de verano en los alrededores de la escuela, ubicada en un área residencial, fue alterada por el aullido de las sirenas y las hélices de los helicópteros. Otro alumno comentó: "Vi a una persona en el suelo y sangre también".
La televisión mostró imágenes de ambulancias frente a la escuela mientras los estudiantes salían y se congregaban en las áreas de juego de la instalación.
Los padres alterados comenzaron a llegar a la escuela hablando nerviosamente por sus teléfonos móviles mientras los estudiantes esperaban en las áreas de juegos.
Hastiado de la vida
El sospechoso, cuyo nombre aún no había sido revelado por las autoridades a causa de un historial de enfermedades mentales, dijo a la policía que quería ser condenado a muerte por su crimen.
"Estoy hastiado de todo", expresó, según la policía, y dijo que anteriormente había tratado de suicidarse. "Quiero que me ejecuten", añadió.