ISLAMABAD.- El "amirul muminin" (líder supremo de los creyentes) mullah Mohammed Omar vive completamente retirado en la ciudad de Kandahar, en el sur de Afganistán.
Allí está ubicado el centro espiritual de los talibán, que administran el país desde Kabul.
El mullah Omar, que ordenó a los afganos una vida de acuerdo a los fundamentalistas principios islámicos del medioevo, es la máxima autoridad del país.
Para el mundo exterior, este hombre que protege a Osama bin Laden y que por eso debe temer la ira de la superpotencia Estados Unidos, sigue siendo un misterio.
Omar, que nació en 1960 en la provincia afgana de Urusgan, no recibe a extranjeros y no existen fotos o retratos oficiales de él. Desde que en 1994 se hablara por primera vez de su persona, apenas dio un par de entrevistas.
En la "Guerra Santa" contra los ocupantes soviéticos perdió un ojo y resultó gravemente herido en una pierna. El 24 de agosto de 1999, sobrevivió a un atentado. Una de sus cuatro mujeres habría muerto cuando un coche bomba explotó delante de su casa.
De sus primeros años de vida sólo se sabe que estudió en una de las fundamentalistas escuelas del Corán en la frontera entre Pakistán y Afganistán.
Cuando el Ejército soviético se vio obligado a retirarse en 1989 y los diferentes grupos de mujahedin (guerreros de dios) se enfrentaban entre ellos, Omar se retiró a dar clases en una escuela del Corán.
En julio de 1994, un grupo de mujahedines violentos en el distrito de Kandahar le dieron al mullah el impulso para involucrarse otra vez en el conflicto.
Entonces convocó a sus alumnos para que intervinieran. Había nacido el movimiento de la milicia talibán. El mullah Mohammed Omar lo llevó al triunfo y asumió el poder en 1996.
La población en principio saludó las reformas, entre las que figuró la abolición de la tradición de que las viudas debían casarse con el hermano de su marido. Ese había sido el destino de su madre cuando Omar tenía cuatro años y su padre murió.
La imposición cada vez más estricta de los principios de la ley islámica ("sharia") hizo, sin embargo, que millones de afganos huyeran al extranjero.