Hace algunos años, después de un período turbulento que casi terminó con la vida del vocalista David Gahan, el compositor de la banda, Martin Gore, celebró el regreso de su compañero con una de las canciones más intensas firmadas por Depeche Mode. "Te agradezco/ por traerme aquí/ por mostrarme mi casa", escribió el letrista para que Gahan desnudara su alma en la notable "Home" ("Ultra", 1997).
Hoy, cuatro años más tarde y con otros aires soplando por las cabezas del trío, Gore pone en boca de Gahan su nuevo discurso: "Alguien tiene que brillar por mí/es difícil no brillar por mí", susurra el vocalista en "Shine" y queda claro que la banda ha vuelto a iluminarse.
Con "Exciter", su nuevo disco, los ingleses regresan al ruedo con un disco notable.
Algo así como un reseteo dentro de su propio disco duro para mantener en el sistema sólo aquellos pasajes con marca registrada. Entonces, aparecen los oscuros afectos ("When the body speaks"), el nuevo himno del club de los corazones solitarios ("Goodnight lovers") y el desenfreno del cariño gratuito ("Freelove").
Esta es música adictiva. El mejor ejemplo de comunicación de música para las masas. Pero, recordemos, las masas somos gente. Y, con esto, nos sentimos bien.
Pablo Márquez F.
