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Fotógrafa de los famosos cumple 60 años

Annie Leibovitz ha tenido frente a su lente a personalidades como la reina Isabel II y a Barack Obama con su esposa Michelle.

30 de Septiembre de 2009 | 04:59 | DPA
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Esta famosa imagen de Demi Moore es obra de Leibovitz.

AP

NUEVA YORK.- Frente a su objetivo se han colocado personajes de la talla de Bill Clinton, Barak Obama, Brad Pitt o Nicole Kidman. Incluso la reina de Inglaterra, Isabel II, ha sido protagonista de una de sus legendarias sesiones.


Annie Leibovitz cumple 60 años el próximo viernes. Pero la fotógrafa mejor pagada tiene pocos motivos para festejar: se enfrenta a una montaña de deudas que podría llevarla a la quiebra.


La fotógrafa de las estrellas debe 24 millones dólares (16 millones de euros) a Art Capital Group, una empresa neoyorquina especializada en préstamos a grandes artistas. Tenía tiempo hasta el pasado 8 de septiembre para devolver hasta el último céntimo de esa cantidad, pero finalmente ambas partes lograron llegar a un acuerdo para ampliar el plazo. No se ha dado a conocer la nueva fecha límite, pero el tiempo corre en contra de Leibovitz.


Parece difícil comprender las razones que le llevaron a vivir estrecheces económicas. Como jefa de fotografía de la revista "Vanity Fair", donde trabaja desde 1983, ingresa al parecer más de dos millones de dólares (1,4 millones de euros) al año. Otros encargos, como el de las marcas Louis Vuitton y Gap, le reportan varias decenas de miles de dólares diarios.


A cambio de esos elevados honorarios, la fotógrafa conocida por su perfeccionismo presenta obras muy elaboradas de complicada y cara escenificación. Entre sus trabajos más conocidos destaca el desnudo de la actriz Demi Moore embarazada mostrando orgullosa su barriga. También John Lennon se dejó retratar sin ropa junto a su mujer, Yoko Onno, vestida de negro, en una fotografía tomada pocas horas antes del asesinato del músico.


El primer posado de la flamante primera dama de Estados Unidos Michelle Obama para la portada de una revista fue encargado, cómo no, a Leibovitz.


Su trabajo tiene un lado completamente distinto, como demuestra en su exposición "Vida de una fotógrafa". La muestra, que ha recorrido Nueva York, Londres y Berlín, está compuesta de imágenes en blanco y negro, personales, simples y cargadas de emociones. Hablan de una vida fuera de lo común con muchos altibajos.


Leibovitz nació en la costa este de Estados Unidos en el seno de una familia judía. De niña, Anna-lou, su nombre real, quería ser profesora de arte. Pero se le ocurrió enviar su dossier fotográfico en la década de los setenta a la revista musical "Rolling Stone" y causó tal impacto que fue contratada inmediatamente.


Fue fiel a la revista durante 13 años, después de los cuales decidió cambiar a "Vanity Fair". Logró así superar la adicción a la cocaína en la que cayó en giras de conciertos como los de los Rolling Stones.


La relación que mantuvo durante años con la ensayista norteamericana Susan Sontag influyó en su desarrollo artístico. Ambas se conocieron en 1988 e iniciaron un romance peculiar, marcado por los 16 años de diferencia de edad y por el afán de mantener su independencia con dos viviendas separadas.


"Eramos dos personas que se ayudaban mutuamente en la vida", explicó una vez. "La palabra que mejor nos definía era la de amigas". Sontag murió de cáncer en diciembre de 2004 y, pocas semanas después, también falleció Samuel, el padre de Leibovitz. Quizás los duros años que precedieron a esos fallecimientos hicieron que la fotógrafa perdiera el control de sus cuentas. Con el fin de estar con los suyos lo máximo posible se vio obligada a pagar costosos vuelos desde sus lugares de trabajo en todo el mundo.


Leibovitz también se enfrentó a un alto coste por sus hijos. Con 51 años tuvo a su hija Sarah gracias a un inseminación artificial y en 2005 contrató a una madre de alquiler para tener a sus gemelos Susan y Samuelle. La fotógrafa, que se ha enfrentado a varias demandas por impago de facturas, adquirió además tres inmuebles históricos en Manhattan a precios astronómicos.


Todo esto podría haberle llevado a pedir el préstamo de 24 millones de dólares avalados por los derechos de sus imágenes. Entre tanto, Leibovitz ha logrado recuperar el control de su archivo fotográfico, pero sigue sin reunir la cantidad adeudada.


"¿Tendrá la capacidad para superar esto?, se preguntaba el editor de "Vanity Fair", Graydon Carter, recientemente. "En todo caso, con Annie nada es imposible".

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