Villazón puede ser un astro en la ópera y la lírica de cámara, pero nada detiene a una buena canción mexicana.
El Mercurio
CIUDAD DE MÉXICO.- El tenor mexicano Rolando Villazón, que viene de interpretar a Händel con críticas dispares en Londres, se ha dejado "abrazar" por la música popular mexicana y ha grabado un disco conmemorativo del Bicentenario de la Independencia de México, que presentará en gira por su país desde el 17 de junio.
La inclusión de temas conocidos como "Bésame mucho" y "Cucurrucú paloma", entre otros, diseñados para un conjunto de cámara, son expresión de "profundo respeto por un repertorio de alta calidad artística", dijo el cantante lírico, que ofrecerá conciertos en el Auditorio Nacional de Ciudad de México, en Guadalajara y en Acapulco.
El tenor, de 38 años, fue cuestionado recientemente por algunos medios europeos por su manera "antigua" de interpretar la ópera de Händel en Londres, así como por la conducción del programa de la televisión inglesa "Popstar to Operastar".
Pero más allá de las críticas, su agenda está saturada para los próximos cinco años y su público en México lo espera después de cuatro años de ausencia en escenarios locales.
-¿Está decidido a dejarse contaminar de lleno por el repertorio popular mexicano?
-Bueno, no diría que la palabra es "contaminar". Me gusta más dejarme abrazar por esa música y permitir que ese abrazo sea transmitido para que la gente lo sienta profundamente. Estoy muy contento de entregarme a este proyecto, de tener una gira de conciertos en mi país y que proseguirá con muchísimas presentaciones en Europa. Me parece que en estos momentos difíciles de nuestro país, vale la pena rescatar todo lo luminoso que hay en él.
-¿Sintió la necesidad de usar como modelo el disco de Plácido Domingo dedicado a México?
-Cada proyecto tiene que ser individual y precisamente una de las cosas que no hice fue escuchar otros trabajos, aunque obviamente los conozco. No sólo me gusta mucho lo de Plácido, sino también lo de Ramón Vargas y lo que hizo recientemente Fernando de la Mora, que es un cantante extraordinario. Lo que quise hacer fue entregarme sencillamente a esa música que descubrí de niño, pero que continué encontrando en mi camino formativo y profesional.
-Y a su disco no le puso mariachis...
-Quise hacerlo todo con cuarteto de cámara, inspirado en el Kronos Quartet. Los arreglos de mariachi están hechos para música de cámara.
-¿Qué piensa de eso que dicen que usted es el heredero de Plácido Domingo?
-Que el maestro Plácido Domingo no tiene herederos. Que hay sólo uno, que es único, irrepetible y se acabó el tema.
-¿No inspira un poco de miedo trabajar con el maestro argentino Daniel Barenboim? Tiene fama de ser muy exigente.
-Vengo de trabajar con él en el último concierto de la àpera de Berlín, que cerrará durante tres años por reformas, y fue algo muy emotivo. Es cierto que es muy exigente, pero además es divertidísimo, hacemos bromas tras broma y es alguien que admiro por no tener pelos en la lengua. Es alguien muy cariñoso, por otra parte.
