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P.A.R.C.E.

24 de Diciembre de 2010 | 10:42 |
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Es un convertido. Nacido y criado como músico en un género apocalíptico y pesimista por definición como el thrash metal -Juanes lideró a los metaleros Ekhymosis-, la súper estrella colombiana dio un giro artístico hasta encarnar hoy un optimismo de eslogan y una conciencia social digna del acta de una cumbre humanitaria, motivos enfundados en un rock ligero y contagioso. En su quinto disco, Juanes reitera todas sus virtudes -básicamente la facilidad para confeccionar singles pegadizos que invitan al baile-, pero también subraya una condición permanente en su obra, tan pendiente de los buenos deseos y la denuncia de injusticias, como tibia y arrellanada en sus coordenadas. Juanes denuncia la maldad con buenos modales. No exige la palabra para reclamar, sino que levanta tímidamente la mano. Esa es la energía que finalmente transmite su música.

Grabado en Londres junto a Stephen Lipson, guitarrista y productor inglés asociado al pop de los '80 (también a cargo de lo último del legendario Jeff Beck), P.A.R.C.E. goza de un gran sonido, donde las seis cuerdas son tratadas con devoción. Tal como Carlos Santana y Eduardo Gato Alquinta, Juanes le ha otorgado una personalidad única al sonido y al estilo de su guitarra, al encontrar un punto exacto entre su intensidad eléctrica y la cadencia propia de los ritmos latinos. Guste o no, Juanes es dueño de un estilo para ejecutar el instrumento, reconocible de inmediato. El single "Yerbatero" es paradigmático, mientras la mano de Lipson decora preciso con toques de electrónica temas como "Regalito" y "Segovia", donde el artista parece encontrar un punto interesante entre su raíz sudamericana y la melancolía propia del rock británico.

Lamentablemente, el astro colombiano sólo se queda en esos enunciados. La segunda mitad de P.A.R.C.E. decae notoriamente en canciones lánguidas que nunca despegan como "Y no regresas", donde Juanes se inspira en el rock épico y controlado de Coldplay. Su pluma sigue ensayando frases hechas y lecturas ramplonas. En "Quimera" algo nos toca tras enumerar tragedias como el calentamiento global, la matanza de delfines, catástrofes naturales y el hambre infantil: "En Chile está temblando/el mundo se está desbaratando". Sólo le faltó reclamar por la paz mundial.

—Marcelo Contreras

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