MONTEVIDEO.- Agentes de la Interpol repatriaron el jueves a Chile los restos del químico chileno Eugenio Berríos, ex agente de la desaparecida Dirección de Inteligencia Nacional (DINA).
Los antropólogos forenses Horacio Solla y Guido Berro, quienes trabajaron en la identificación de Berríos en Uruguay, dijeron que los restos fueron llevados a Santiago de Chile vía aérea por agentes chilenos de la Interpol.
No hubo comentarios por parte de la justicia uruguaya sobre la decisión de permitir la repatriación de estos restos.
A través de un cotejo de material genético, el 1 de marzo pasado se confirmó que el cadáver mutilado hallado en el balneario El Pinar, departamento de Canelones, 28 kilómetros al este de Montevideo, en 1995, era, efectivamente, el de Berríos, como se sospechó desde un comienzo.
Los antropólogos que efectuaron la investigación no encontraron este jueves explicaciones para el hecho de que la justicia les hubiera encomendado la tarea de identificación siete años después del hallazgo del cuerpo.
El caso había sido cerrado por la justicia en 1998, a la espera que surgieran nuevos indicios o testimonios.
Recientemente, a pedido de los familiares de Berríos, se compararon muestras de ADN y los técnicos de la policía uruguaya ratificaron que había un 99,9% de certeza de que los restos pertenecían al ex agente de la DINA.
Esa conclusión coincidió con pericias efectuadas en 1996 por un grupo de patólogos forenses.
Eugenio Berríos fue un estrecho colaborador del estadounidense Michael Townley, condenado en su país por su participación en el asesinato del ex Canciller Orlando Letelier, ocurrido en Washington en 1976.
El ingeniero químico -considerado el creador del gas sarín- huyó de Chile en 1991, tras ser citado a declarar judicialmente por su vinculación al asesinato de Letelier.
