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Padre e hija sobreviven tras caer 13 pisos en Concepción

Alberto Rozas y su hija de 7 años cayeron junto a la construcción, pero salieron apenas con moretones y raspones.

28 de Febrero de 2010 | 22:17 | AP
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Cuadrillas de rescate trabajan auxiliando a los habitantes del edificio.

AP

CONCEPCION.- Cuando su apartamento ubicado en el piso 13 comenzó a temblar, Alberto Rozas sujetó a su hija de 7 años en la puerta del baño y esperó a que terminara. En cambio, cayeron.

Trece pisos se precipitaron mientras el edificio de apartamentos en el que residían se vino abajo como un árbol, y ellos se abrazaron durante la caída.

Rozas no sabía hacia dónde era arriba hasta que vio a través de la destartalada ventana del apartamento y "había luz, la luz de la luna llena". Él y su hija, Fernanda, treparon y salieron de los escombros con apenas cortaduras, raspones y moretones.

"El terremoto y la caída fue todo una sola cosa, horrible", relató hoy Rozas. "Yo la abrazaba y ella nunca me dejó".

Los vecinos que vivían al final del pasillo quedaron atrapados bajo la estructura, mientras los rescatistas intentaban romper el concreto con sierras eléctricas y martillos mecánicos. "No tenemos aparatos con escucha ni cámaras", dijo Ian Argo, un comandante de bomberos.

Hasta el domingo, 23 personas habían sido rescatadas vivas y 7 cadáveres extraídas del edificio Vista Río de 15 pisos. Se estima que 60 personas seguían atrapadas.

Socovil, la empresa que inauguró el edificio de concreto y vidrio en junio, emitió un comunicado diciendo que habían cumplido con todas las regulaciones urbanísticas. Pero muchos residentes estaban furiosos.

"La construcción obviamente era deficiente", dijo Rozas.

Abel Torres, de 25 años, tenía una vista del río Biobío desde su apartamento en el sexto piso. Recién llegaba a casa de su empleo en un bar cuando comenzó el sismo a las 03:34.

"Mi televisión me cayó encima y de repente vi estrellas pasando por mi ventana", dijo. Torres y su compañero de apartamento juntaron muebles para llegar a la ventana, y escaparon sin ropa y cubiertos en polvo.

En el segundo piso, Maribel Alarcón y su esposo Gunther corrieron a atender a su hijo de 2 años, Oliver, cuando comenzó a llorar momentos antes del temblor. Su preocupación los salvó: la habitación de Oliver fue el único espacio de su vivienda que se mantuvo en pie.

"Rezamos mucho", dijo Alarcón. "Y si Dios nos permite sobrevivir, fue porque alguien iba a rescatarnos".

Nueve pisos más arriba, Rozas dormía con su hija cuando el temblor comenzó. "Había polvo, ruido, todo cayendo", dijo. "Nos metimos en el marco del baño. Después vino la caída. Finalmente terminó de caer".

Después que salieron de los escombros, Rozas llevó a Fernanda a la casa de la madre de la niña, y luego regresó para ayudar a los bomberos. Sacó medicinas y la ropa de Fernanda. Y su guitarra.

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