casas neruda

 

 

Matilde en Bellavista

"En Italia te bautizaron Medusa   por la encrespada y alta luz de tu cabellera.   Yo te llamo chascona mía y enmarañada:   mi corazón conoce las puertas de tu pelo", decía el poeta en el Soneto XIV de "Cien Sonetos de amor". 


 

 

 

 

Ubicado en la calle Fernando Márquez de la Plata, en Santiago, el terreno que acoge a "La Chascona" fue comprado por Neruda en 1953, para albergar a su Matilde, quien lo acompañaría hasta el día de su muerte. De hecho, en el living de esta casa -un espacio parecido a una cabina de barco- el poeta fue velado, tras fallecer el 23 de septiembre de 1973.  

  

 


Las murallas de “La Chascona” guardan los recuerdos de varias veladas. No por nada, el poeta la mandó a construir en varios desniveles, donde cada uno posee su bar. 

 

Disfrazado de barman, con su chaqueta roja y unos bigotes dibujados, hacía su "coqueletón", del que su amigo cercano, el pintor Mario Toral, ha revelado los ingredientes: "Primero, coñac español, que encontraba el mejor, cointrau, jugo de naranjas, y, al final, champaña francesa. Se caía tumbado después de dos".


Eso para el poeta. Peor suerte corrían los invitados, que debían equilibrarse en las escaleras para poder salir de "La Chacona". 

Imperiosa, en los faldeos del cerro San Cristóbal, esta casa guarda detalles tan íntimos del poeta, como las rejas de las ventanas, en que las letras P y M, de Pablo y Matilde, se entrelazan.

La Chascona
La Chascona
La Chascona
La Chascona

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
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