KC and the Sunshine Band

 

Fortalezas. La fortaleza de la onda disco. Y la fortaleza con que estos mismos KC, con Harry Casey a la cabeza, aforraron al reportero proto-farandulero Lucho Fuenzalida cuando en los '70 se atrevió a dudar de la virilidad de la banda, en una anécdota que es incluida en cualquier recuento de la historia de este espectáculo. No se metan con KC: son muchos y son machos.

 

Oportunidades. El baile no falla. Se supone que la cumbia y otros ritmos tropicales son la carta segura, pero la música disco es un llamado universal también, y KC ya es veterano probado en esa liga.

 

Debilidades. La juventud de la banda ya no es la misma, la elasticidad tampoco y ya en los años '90 KC parecía a ratos un grupo de covers de sí mismo. Tienen en contra lo que la mayoría de los artistas vendidos cada año como "clásicos" por este espectáculo: Sólo cobran por lo que hicieron hace muchos años.

 

Amenazas.Actúan el mismo día de Juanes, que sí es cabeza de cartel, y KC está guardado para el cierre de la noche. O sea, no tocarán más de seis canciones antes de que les corten la transmisión y el resto será para unos cuantos miles que a esa hora queden en el público, después de aguantar en el tablón seis horas seguidas de Festival de Viña: Una hazaña.