La posesión de armas pequeñas o livianas (revólveres, pistolas y cierto tipo de rifles y escopetas) han aumentado vertiginosamente a nivel mundial y Chile no es la excepción.

La falta de protección y la sensación de inseguridad son las variables que más se repiten a la hora de buscar explicaciones.

Chile, gradualmente, ha visto crecer el número de armas debidamente inscritas. De 150 mil armas en 1992, la cifra aumentó rápidamente a más de 700 mil a fines del 2004.

Muchos atribuyen este meteórico ascenso al aumento de la delincuencia y la inseguridad que esto provoca en las personas, quienes frente a una diversas de alternativas, escogen las armas como una manera de entregarle seguridad a sus familias.

Mientras, en el mundo, hay más de 640 millones de armas pequeñas y cada año se fabrican 8 millones más. Éstas son fruto del trabajo de más de mil empresas que se reparten en 98 países.

En Chile se calcula que existen más de un millón de armas, entre legales y clandestinas. Sin embargo, sólo hay una empresa que las produce: FAMAE.

Pero dicha institución ésta se orienta casi exclusivamente a la producción para fines militares o de seguridad, por lo que el mercado civil adquiere casi exclusivamente armas importadas.

En términos de regulaciones, la nueva ley de armas reemplaza un cuerpo legal que había sido promulgado tres décadas antes y que buscaba evitar el surgimiento de grupos políticos armados.

Uno de los puntos en que énfasis es en el de las armas clandestinas, aplicando mayores multas para quienes las fabriquen artesanalmente, las porten o simplemente las tengan, aún cuando existan antecedentes de que no serían empleadas para cometer delitos.

A continuación presentamos una radiografía de las armas de fuego en Chile.

Términos y condiciones de la información © El Mercurio S.A.P.