1934
El regreso a la pintura de Frida toma un rumbo definitivo, luego de años a la sombra de Diego en EE.UU. Sin embargo, problemas de salud vuelven a postergar la producción creativa, luego de que un "infantilismo de los ovarios" la obligara a interrumpir un nuevo embarazo de tres meses. Además, es operada por primera vez del pie derecho, del que le amputan varios dedos. Mientras se recupera de la intervención quirúrgica, surge una historia amorosa entre su hermana Cristina y Diego Rivera, en la que sería sólo una más de las frecuentes aventuras que el muralista mantuvo durante todo el matrimonio con Frida.
1935
Tras enterarse de la infidelidad de su marido Frida abandona la casa de San Ángel y se instala por varios meses en un piso propio en el centro de la Ciudad de México. A modo de respuesta a la separación con su marido, Frida se corta el pelo y renuncia a sus atributos femeninos, como el uso de los tradicionales isthmus de Tehuantepec que vestía para Diego. En esta época conoce al escultor americano Isamu Noguchi, con quien no duda en vivir una aventura amorosa. Lentamente la pintora comienza a tomarle gusto a su independencia y viaja con algunas amigas a Nueva York, a modo de distracción. Al final de este año la relación que Diego mantuvo con la hermana de la artista se diluye, y ambos se reconcilian. Frida vuelve a la casa en San Ángel. Sin embargo, esto no significó la renuncia del muralista a sus aventuras amorosas. A modo de reacción, Frida también comienza a mantener relaciones extramaritales con otros hombres, e incluso con mujeres.
1936
De vuelta en la casa de San Ángel, es operada por tercera vez en el pie derecho, lo que no le impide enrolarse en un comité de solidaridad con los republicanos españoles, en su regreso a las actividades políticas. Esto, por un lado, la llena de energías y, por otro, la acerca a Diego, quien ya simpatizaba hace tres años con la liga Trotskista. Por lo mismo, la pareja pide al gobierno mexicano darle asilo político a León Trotski.
1937
León Trotski y Natalia Sedova llegan el 9 de enero a México, y Frida Kahlo pone la "Casa Azul" de Coyoacán a su disposición, donde habitan hasta 1939. Ambas parejas pasan muchas horas juntas. Durante esta época Frida mantiene un affaire con Trotski que dura sólo unos meses. Este año y el anterior fueron productivos pictóricamente para la artista, que además participa en una exposición colectiva.
1938
André Bretón y Jacqueline Lamba visitan en abril México, donde permanecen alojados en casa de Guadalupe Marín, la anterior mujer de Diego Rivera. Bretón fue a dictar conferencias, pero también a reunirse con Trotski. Es así como la pareja Kahlo-Rivera conoce al artista francés. Para Bretón México era esencialmente surrealista, al igual que los trabajos de Frida. Gracias a este contacto en octubre/noviembre tuvo lugar, con gran éxito, la primera exposición individual de la artista en la galería de Julien Levy, en Nueva York. La reacción inicial de la artista, cuando mostraron interés por exponer sus cuadros, es que no entendía qué veían en ellos: Frida nunca pintaba pensando en el público. A la exposición viaja sola, lo que da a entender que su relación con Diego se había vuelto a desestabilizar. Por primera vez se da cuenta que puede obtener algún ingreso con su arte e independizarse de su marido al vender la mitad de las 25 obras que expuso. Aquí también comienza nuevamente a coquetear con sus admiradores e inicia una relación amorosa con el fotógrafo Nickolas Muray.
1939
Viaja a París, donde expone en marzo sus trabajos en la galería "Renou & Colle" junto a otros artistas mexicanos. Sin embargo, este viaje tiene algunos inconvenientes. Bretón, el anfitrión inicial para realizar esta muestra, no se había preocupado por los arreglos y ni siquiera había acordado una sala. Recién con la ayuda de Marcel Duchamp fue posible abrir la muestra. El resto de la estadía tampoco fue muy afortunada: no siente ninguna afinidad con los surrealistas locales, sus cuadros expuestos no tienen éxito de ventas como en EE.UU., y en Europa ya se sienten las tensiones que llevarían a la Segunda Guerra Mundial. Por estas razones, rechaza la segunda exposición planificada para Londres. Sin embargo, la crítica es favorable y el Louvre adquiere uno de los cuadros. A su vuelta a México se instala en la casa paterna de Coyoacán y a finales de año, el 6 de noviembre, se divorcia de Diego Rivera. En esta época de soledad Frida trabaja intensamente para sustentarse con su trabajo, y surge una serie de los ya conocidos retratos, bastante similares entre sí y que sólo se diferencian por los objetos y fondos que acompañan a su figura. Nuevamente se corta el pelo, deja las faldas y se vuelve a poner pantalones, en otra renuncia a los atributos femeninos que tanto le gustaba realzar para su amado marido.
1940
En septiembre viaja nuevamente a San Francisco para ponerse en manos del Dr. Eloesser ya que en el último año aumentaron nuevamente los dolores y apareció un hongo en la mano derecha que empeora la situación.
1941
El 14 de abril muere de un ataque cardíaco su adorado padre. A partir de entonces, la pareja Kahlo-Rivera vuelve a la vida en común en Coyoacán, en la "Casa Azul", mientras Diego continúa usando la casa de San Ángel como estudio. Pero la relación había cambiado: Frida tenía independencia económica, seguridad en sí misma y era una pintora reconocida. Eran años más bien tranquilos para la pintora, durante los cuales se interesó más por la naturaleza y sus animales caseros, que acompañaban sus retratos de esa época: papagayos, monos y perros.
1942
Comienza la escritura del diario de Frida, en el cual comenta prácticamente toda su vida, tanto hacia delante como hacia atrás. El reconocimiento público de la artista aumenta durante este año y los siguientes. Trabaja como docente, se le conceden premios, recibe ofertas para que escriba en revistas y es elegida miembro del Seminario de Cultura Mexicana, cuya función era el fomento y divulgación de la cultura de México, organizar exposiciones y conferencias, y editar publicaciones.