Eternamente adorada, pero sola
Marilyn Monroe, cuyo verdadero nombre era Norma Jean Baker (también conocida por Mortensen, apellido de uno de sus posibles padres), nació el 1 de junio de 1926, a las 9:30 de la mañana en el Hospital General de los Angeles, California. Hija de Gladys Baker y, posiblemente, de Stanley Gifford, que abandonó a la madre antes de nacer la hija, por eso fue dada en adopción a las seis semanas de vida.
Vivió con los vecinos de su abuela, el matrimonio Bolander, hasta los 7 años. Entonces, su madre se la llevó a una casa que había comprado. La futura actriz tuvo una infancia llena de penurias e infortunios, vagando de lugar en lugar, incluso llegando a ser víctima de abusos sexuales muy pequeña. Después de que su madre fuese internada en un psiquiátrico tras padecer una crisis nerviosa y fuera diagnosticada de esquizofrenia paranoide, vivió en varios orfanatos y casas de acogida.
Norma Jean siempre estuvo obsesionada con la idea de haber heredado esta enfermedad, especialmente tras ser internada en varias ocasiones debido a sus crisis depresivas.
A los 16 años se casó con un empleado de una empresa de aviación de 21 años. Tras posar un tiempo para anuncios de ropa de baño, ya con el pelo teñido del famoso rubio platino, la 20th. Century-Fox vio algunas de sus fotos y la contrató. Firmó su primer contrato con la compañía y adoptó el que sería su nombre artístico en homenaje a la actriz Marilyn Miller y a su madre, cuyo apellido de soltera era Monroe.
Una de las características era su mirada perdida que, según se supo más tarde, no se debía precisamente a la tremenda sensualidad de la actriz, sino a la miopía que arrastró toda su vida.
En 1946 ya se había divorciado de su primer marido y empezaría a escribir en su biografía una larga lista de maridos y amantes entre los que estarían Joe DiMaggio, Arthur Miller e incluso el presidente de EE UU, J. F. Kennedy.