Marcelo Salas nunca sufrió una lesión de consideración. Sólo las propias de los golpes propinados por sus rivales de turno, tanto en Universidad de Chile, River Plate como en Lazio de Italia.

Su contextura física daba para creer en su esfuerzo, sin siquiera pensar en que podía sufrir algún "calvario". Hasta el 20 de octubre de 2001.

Ya con la camiseta de Juventus, el "Matador" fue a disputar un balón con el defensa de Bologna Giulio Falcone, pero su pie se trabó en el pasto del estadio Renato Dall'Ara y de ahí no se paró más hasta ser depositado en la camilla de auxilio.

Salas sufrió ese día lo más grave de su carrera: se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha.

El delantero fue operado en Roma el 5 de noviembre por el médico de la Lazio Andrea Campi, quien le diagnosticó seis meses de para. Y así fue: recién el 12 de mayo de 2002 pudo volver a vestirse de corto para sustituir a Marcelo Zalayeta en la final de la Copa Italia. Pero ya no era el mismo.

Desde la lesión, el ariete intervino en apenas 60 partidos oficiales por clubes y selección. Es decir, poco menos de un tercio de los 186 juegos que disputaron la Roja, Juventus y River Plate durante esos tres años.

Y ante las redes la estadística no cambia. Salas sólo ha marcado 12 goles desde su intervención en la rodilla, una
mínima parte de los 203 que luce en su ya dilatada carrera.

En su segunda incursión en el cuadro de la banda sangre, Salas ha sufrido ocho lesiones musculares que han mermado tanto su despliegue físico como goleador. Que el isquiotibial, que el cuádriceps, que el gemelo, que su espalda... Sólo nueve goles para 29 partidos.

Con todo, Salas se prende de su fama de iluminado para seguir sumando títulos. No jugó mucho, es cierto, pero igual se calzó con Juventus las coronas de la Supercopa italiana (2002), dos Scudetto (2001-02 y 2002-03) y, con River, el Apertura trasandino 2003 y el Clausura 2004.

¿Por qué Marcelo Salas no ha podido jugar con normalidad tras sufrir la lesión maldita en la Juventus? "Su problema no es la rodilla, sino la descompensación muscular secundaria a las cirugías. Pero con el trabajo que está realizando, lo va a superar en el mediano plazo", advierte Fernando Radice, médico de la selección chilena.

Su ilusión está en la pretemporada y en el Clausura 2005, porque luego debería volver a Juventus, club dueño de su pase.

“Cuando me ponga bien físicamente volveré a ser el de antes, me lo he propuesto y lo lograré para felicidad de todos los hinchas de River Plate”, sostiene el delantero.

 
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