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Este año, sin duda, estaría marcado por la ausencia en el escenario de la Quinta Vergara del otrora Antonio Vodanovic. Su salida se veía venir desde hace algunos años, hasta que finalmente se concretó para esta edición. Vodanovic, en completo ostracismo y refugiado en Rapel, no tuvo ninguna participación. El encargado de reemplazarlo, y luego de una parrilla de nombres entre los que figuraban Luis Jara y Sergio Lagos, fue el cantante venezolano Ricardo Montaner. Pero, el peso y la responsabilidad estarían a cargo de Myriam Hernández, quien tenía que colocar toda su experiencia arriba de la Quinta Vergara.
También, este fue el año de la guerra declarada por la corona de reina del Festival, siendo las principales combatientes las modelos argentinas y el desfile de siloconas que traían. Finalmente, el cetro recayó en la representante del programa SQP, Luciana Salazar, quien con el topless que hizo al llegar a Viña dejó infartados a los periodistas que la tildaban de “Asesina”.
Dentro del espectáculo, quien primero se subió al escenario fue un consolidado Juanes. El cantante colombiano venía en su mejor momento artístico. Sin embargo, el fenómeno de la jornada inaugural y que sería, a la postre, uno de los momentos más rescatables de esta edición, fue la presentación del grupo español La Oreja de Vangho. Una tierna y carismática Amaia- en la voz- hizo cantar a toda la galería repleta de quinceañeros, canciones como “La Playa” o “Cuéntame al oído”. Fue una actuación redonda que demostró la calidad de esta agrupación, refutando a quienes los veían solo como un éxito de ventas. Esa noche y cerca de las tres de la madrugada subía La Sonora Palacios, convirtiendo a la quinta en una verdadera fiesta de año nuevo.
Paulina Rubio se volvía a subir a la Quinta con el objetivo de demostrar ahora sí que cantaba; sin embargo, la prensa especializada se encargó de remarcar sus constantes desafinaciones. Raphael de España se tomaba la Quinta con un concierto de 1 hora y 45 minutos, haciendo una sólida presentación que tuvo el peak en su acostumbrada rotura de espejo. Esto provocó que la banda argentina Babasónicos, recién cerca de las tres de la mañana, se presentaran- lo que generó graves problemas de organización, pues subieron al escenario y comenzaron a tocar sin que los animadores los hubieran presentado. La noche chilena se trasladó para el día viernes y tuvo a Alberto Plaza como su artista central, quien con sus baladas hizo un correcto show. Todo bien hasta que se armó un embrollo, pues se le acusó de haber utilizado unas pistas grabadas sin la autorización de los músicos que participaron en las cintas. Esa noche estuvo también el grupo Congreso y el humorita Felo, quien triunfó rotundamente luego de una horrenda actuación que había tenido hace unas semanas en Concepción. Se supo ganar, sin duda, el cariño de la gente con su humor absurdo e ingenuo. La actuación de los “Hermanos Bustos” marcó gran rating y la aprobación total de las populares al son de sus rancheras. Cerraron los Lucybell, quienes nuevamente salieron a altas horas de la madrugada.
Una de las mejores noches fue cuando se juntaron La Ley, la cantante mexicana Julieta Venegas y la agrupación del mismo país, Café Tacuba. Gran noche de rock latino con excelentes representantes. Esa jornada la adornó, además, el baladista brasilero Alexandre Pires.
Nuevamente actuaba Miguel Bosé con la calidad de siempre, además de un joven Obie Bermudez y un galán como David Bisbal. La última noche estaba reservada para “El Maestro”, el mexicano Marco Antonio Solís. Su estilo gallardo prendió a la galería, quien después de su hora y media de actuación estuvo pifiando más de 40 minutos por su regreso. Lo poco que quedaba de ese monstruo de antaño, volvía a revivir en aquella jornada. La fiesta se cerró con los alocados argentinos de Auténticos Decadentes, quienes con su ritmo armaron una desenfrenada tocata.
En el humor, también, hubo sólidas actuaciones de Hugo Varela, Paulo Iglesias. El grupo anglo esta vez tuvo su representante en The Orchestra, ex integrantes de la reconocida banda Electric Light Orchestra.
En la competencia internacional Perú con la canción: “Mi alma entre tus manos”, interpretada por Jorge Prado, se llevó las dos gaviotas a mejor canción y mejor interprete. El cantante había acusado de xenofóbico al público chileno, y solo cuando ganó sintió algo más de cariño del respetable. En tanto, en el género folclórico Chile ganó la Gaviota de Plata con la canción "Cueca al sol", interpretada por Camila Méndez y de la autoría de Isabel Parra. En tanto que el rey del festival fue el “descamisado” competidor español Javier Estrada, quien se ganó al público femenino
Para el recuerdo la animación de Montaner, quien solo en la penúltima noche se afirmó cuando cantó la canción “En el último lugar del mundo”. Pero de igual modo, logró marcar un estilo, que quedó estampado en su frase: “se nos cae la quiiiiiinta”, cada vez que salía a recibir a un artista.
Textos y recopilación
Víctor Hugo Moreno y Rodrigo Palma