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El año pasado todavía se guarda en la memoria de la gente. Sergio Lagos se subía al escenario para animar el certamen internacional. Ya su nombre se había barajado para el año anterior, pero finalmente el puesto quedó en Ricardo Montaner. Para este año, la lucha se podría haber dado entre Lagos y Lucho Jara, otro candidato; pero este último tempranamente se bajo del carro. "Esto se lo dedico a mi padre" fueron las palabras del animador cuando terminó la última noche. Así es, pues el padre del conductor era un asiduo seguidor del festival, ante lo cual Lagos lo recordó a cada instante, porque era un sueño que se cumplía. La encargada de brindar la cuota de experiencia fue Myriam Hernández, quien era la llamada a estar en los momentos difíciles. Lo que quedó en la retina de muchos fue el espectacular escote con el cual llegó a la cena de gala la noche anterior a la obertura. Muy llamativa se veía y dejó bien puesto el nombre de las chilenas ante la avalancha de modelos argentinas que llegaron – como ya se hacía costumbre- ese año.
Uno de los artistas nacionales más esperados era el humorista Ruperto, quien con su personaje del " borrachito" marcaba alto rating en " Morandé con Compañía" y mas aun, dado el éxito que había tenido en el Festival del Huaso de Olmué. Una rutina blanca, con chistes ingenuos, marcó el éxito de este personaje, que se negaba a mostrar su verdadero rostro, situación que quebró cuando se presentó como Cristián Henríquez ante el público de la Quinta. También, en el humor tuvo una correcta actuación el imitador Julio Zabala, pero sin duda, la revelación fue el desconocido humorista argentino Carlos García, quien además de humor sacó a relucir un espectacular vozarrón. Coco Legrand volvió a brillar con una sólida actuación, en donde primó el silencio de la gente, que escuchó y se rió con su espectáculo.
En el plano musical este, también, fue el año de las deserciones. Primero se había hablado de la venida de Simply Red y Jamiroquai. Grandes números anglos para coronar el cierre de la organización de canal 13. Sin embargo, ambos se terminaron por caer. Pero, el número que estaba ya listo en la programación era la legendaria banda originaria de San Francisco, Estados Unidos, Journey. En su reemplazo, otros legendarios subieron arriba de la Quinta: Kansas.
De los aristas que tocaron en Viña destacaron: Juan Luis Guerra en la apertura, cantando algunas de sus canciones de corte religioso, pero que de igual manera hicieron bailar a la Quinta Vergara, que valora su trayectoria y profesionalismo. También, estuvo el rock alternativo de Miranda, quienes con sus coloridos trajes dieron un encendido espectáculo. Alejandro Fernández y Sin Bandera colocaron la infaltable cuota de romanticismo al monstruo de Viña del Mar: mientras, que la nota nostálgica la brindó esta vez José Feliciano, del cual se agradece su calidad vocal e interpretativa.
Para la juventud, esta vez se aprovechó la visita de la banda escocesa de Franz Ferdinand( como teloneros del mega concierto de U2) para traerlos a Viña, cuestión que ellos aceptaron sin tener la menor idea de lo que se trataba el festival. Esto a muchos trajo a la memoria cuando vinieron The Police o Faith No More, pues este grupo puede- en pocos años más- convertirse en un verdadero suceso como las anteriores agrupaciones. También, la nostalgia anglo la colocó A-Ha, quienes tocaron sus temas más conocidos de fines de los ochenta. Chancho en Piedra- en tanto- se repetían el plato con el éxito siempre asegurado por su parcialidad marrana. Se echaron de menos, eso sí, bandas como Kudai, Saiko o Los Bunkers, que estaban pasando por un buen momento y que la gente los esperaba en Viña.
En el plano de la música popular el grupo mexicano de rancheras: " Los Tigres del Norte", no tuvo el éxito esperado y fue reprobado por las pifias de la galería. Pese a su éxito en ventas de discos, esa noche no tuvo la parcialidad a su lado, quienes en su mayoría eran jóvenes fans de A Ha y Chancho en Piedra. El monstruo sacó sus garras ese día. Una presentación para el olvido, y de mucha tensión para los animadores. El grupo simplemente nunca logró prender a la quinta.
Pero, sin duda, el éxito de ese año vino desde Puerto Rico al son del ritmo del año: el Reggaeton, y para ello se presentaba en el escenario su mejor exponente y mentor: Daddy Yankee. Bajó desde un trono, desde las alturas del escenario, con grande cadenas de oro colgando del cuello, y acompañado de sensuales bailarinas, para dar inicio a su espectáculo, que subió la temperatura de la gente.
La reina del Festival fue Tonka Tomicic quien fue postulada por el programa " Buenos Días a Todos" de TVN bajo el lema: " cien porciento natural", ganándole a las argentinas Rocío Marengo y Amalia Granata. Un espectacular trikini adornó el tradicional piscinazo, que intentó ser torpedeado por la Marengo, quien le dijo a unos niños que se tiraran al agua justo en el momento en que la reina lo hacía.
La Competencia Internacional fue ganada por Costa Rica; Humberto Vargas, el intérprete y autor de "Dilo de una vez", se adjudicó la Gaviota de Oro y los US$ 30 mil. En tanto, en el folclor ganó la canción chilena "agua y viento", de Elizabeth Morris y como mejor intérprete quedó Colombia, con "Tierra de café".
Para el bronce, el relajo en la noche de clausura de Sergio Lagos, quien en la actuación de Ruperto- simplemente- se salió de madre: " se fue a la chucha esta hueá", fueron sus doctas palabras. Un aire de respiro para Lagos, que no pasó más allá de eso: un chilenismo en la Quinta Vergara.
Textos y recopilación
Víctor Hugo Moreno y Rodrigo Palma