Mauro Olivi con la camiseta de Colo Colo.
LUN
SANTIAGO.- Era el 2010 y un equipo verde deslumbraba en Chile. El Audax de Omar Labruna. Su principal figura era un atacante argentino de nombre Mauro Olivi, quien al final terminó siendo elegido como el mejor jugador de esa temporada.
Eso le valió al otro año ser una de las contrataciones estrella de Colo Colo, equipo en que no logró prender las luces que lo llevaron a descollar en La Florida.
Así, de a poco comenzó a perderse su nombre hasta que el 2015 dejó definitivamente el país para jugar por el León de Huánuco de Perú. Luego estuvo en Malasia, pero hoy a sus 34 años se encuentra jugando en la Cuarta División del fútbol argentino en el humilde Club Atlético Liniers, donde comparte escudo con otro ex Colo Colo: Ezequiel Miralles.
Y pese a que ya hace rato lleva alejado de las canchas criollas, no se olvida de su paso por el Monumental y recordó a uno de sus DT en Macul: Héctor Tapia, a quien acusó de perjudicar su carrera.
"Nunca conté esto, pero ya ha pasado mucho tiempo. Héctor Tapia, el entrenador de Colo Colo en ese momento, me dijo que no me iba a considerar en el plantel, pero lo hizo después de que yo rechazara una oferta del Derby County de Inglaterra. Me enojé mucho y ahí la relación se cortó. Eso me perjudicó porque yo tenía una real opción en Europa. Les hice saber que se equivocaron. Se manejaron muy mal", dijo en CDF el atacante.
En el mismo medio contó que no la está pasando muy bien, porque "el poco dinero que gana en Liniers ni siquiera le alcanza para pagar sus gastos. Vive con los ingresos de su otro potencial, el negocio en el campo".
Por lo mismo ya se aventura a darle término a su vida en el fútbol profesional. "Se habla de manos raras. El manejo de representantes, técnicos, jugadores y dirigentes no me gusta. Todos hacen sus negocios. Estoy bien físicamente, pero ya no tengo ganas, el año que viene dejo de jugar", afirmó.
