El irlandés, al igual que su contrincante de este sábado, también tiene un excéntrico estilo.
AP
SANTIAGO.- "Cada vez que gano, pulverizo a mi oponente. Soy el mejor luchador del planeta. Me gano la vida en un juego brutal, peligroso. El objetivo es infligir daño. Y yo me divierto y me gano la vida haciéndolo".
Esa frase resume en parte el éxito que ha tenido en la Ultimate Fighting Championship (UFC) Conor McGregor, el próximo rival de Floyd Mayweather en la "pelea del siglo", que se desarrollará este sábado en Las Vegas.
Un tipo directo y que ha ganado todo en esta disciplina, que reúne principios básicos del boxeo y las artes marciales, y que en dos días más se verá las caras con el multicampeón del pugilismo Mayweather.
Un duro camino y una imagen muy cuidada
¿Quién es este irlándes? Nació el 14 de julio de 1988 y en su infancia tuvo una dura vida. Oriundo de una familia de un barrio humilde de Dublín, muchas veces tuvo problemas para tener un plato de comida.
Antes de dedicarse a las peleas, McGregor tuvo que dárselas de fontanero para llegar a fin de mes. Con el paso del tiempo, llegaron los éxitos, pero nunca cambió a su novia.
Se pasea en un auto Rolls Royce y gasta dinero en lujosos caprichos. Pero su verdadera debilidad es la ropa. De hecho, actualmente es "el mayor ícono de la moda de Irlanda", según palabras de su diseñador Patrick Bourke, quien le confecciona trajes finos y que llaman la atención a cada lugar que asiste.
"A mí lo único que me interesa es vestir bien y patear el culo de mis rivales", señaló alguna vez, resumiendo en gran parte su estilo de vida y su manera de encarar los combates, en los que se diferencia del invicto Maywheather, ya que registra tres derrotas en su historial.
Pero sobre el octágono, es una bestia, pero lo más importante es que da emoción terminando las peleas rápidamente: Es un especialista en victorias por K.O.
Habrá que ver si esa ferocidad la puede aplicar sobre el cuadrilátero, donde cabe destacar que deberá regirse por las reglas del boxeo y no podrá darle un golpe ilegal a su rival, ya que arriesga una millonaria sanción.