SANTIAGO.- Esta semana ha estado movida en el entorno de la
ANFP. Primero,
Harold Mayne-Nicholls anunció que se lanzará como candidato a las elecciones de noviembre para presidir al organismo, mientras que un día después,
Arturo Salah, actual timonel, confirmó que
no irá para la reelección.
Pero no solo eso. Sino que ayer jueves, en el Consejo de Presidentes, se aprobó que quienes se postulen al sillón de Quilín deberán someterse a un test de integridad ética promovido por la FIFA.
Este examen, el cual será obligatorio, podría complicar precisamente a la única persona que ha anunciado su candidatura, a Mayne-Nicholls.
¿Por qué lo complicaría? Esto porque, según consignó El Mercurio, existe una pregunta en este test que se refiere a si es que al candidato se le han impuesto o no sanciones disciplinarias que se hayan considerado violaciones de las normas de conducta en el Código Ético de la FIFA.
Esta consulta sería un dolor de cabeza para el ex timonel del ente rector del fútbol chileno, ya que en 2015 fue sancionado por la FIFA por faltar a la ética deportiva: Durante su cargo como evaluador de las postulaciones a los mundiales 2018 y 2022, pidió que inscribieran a su hijo en una academia de Qatar. Por esto, le dieron siete años de castigo, los que después fueron reducidos a dos.
De hecho, al aprobarse esta medida ayer en la ANFP, el propio Mayne-Nicholls, en conferencia de prensa, mostró su incomodidad ante el test señalando que "no veo dónde ni por qué tiene que haber un examen de idoneidad, y pasar exámenes que no están en nuestros estatutos. No me lo imagino en una elección de presidente de la República".
Cabe destacar que este examen ya se realizó en julio en Uruguay. En esa ocasión, ninguno de los postulantes a la presidencia de la asociación pudo aprobar el test, por lo que la Conmebol decidió intervenir al organismo.