SANTIAGO.- A tan sólo 48 horas que se dispute la histórica final de la Copa Libertadores, el choque entre Boca Juniors y River Plate sigue acaparando el interés en todos los rincones del planeta.
La inédita definición mantiene atentos a varios personajes del mundo del fútbol, como el siempre polémico entrenador José Mourinho, quien no quiere quedarse con las ganas de verla.
Ayer miércoles al DT de Alexis Sánchez en el Manchester United le consultaron por su favorito para quedarse con el título del certamen continental y respondió: "No lo sé, pero la voy ver", con una clara sonrisa en su cara.
Otra importante figura del balompié europeo que se refirió al Boca-River fue el experimentado guardameta Gianluigi Buffon, quien incluso se rumoreó que estuvo cerca de arribar al conjunto xeneize por su cercanía con Carlos Tévez, ex compañero en la Juventus.
"Yo, por la relación que tengo con Carlos, espero que él pueda regalarse esa alegría importante. Perdimos una final de Champions juntos y espero que ahora pueda hacer feliz a su pueblo", aseguró el actual golero del PSG.
Pero no sólo rostros del fútbol están pendientes, ya que Vladimir Putin, Presidente de Rusia que viajará a Buenos Aires por la cumbre del G-20, adelantaría su viaje a la capital trasandina para estar presente en el palco de la segunda final a disputarse en el Monumental de Nuñez.
Todo la locura continúa mientras van quedando las últimas entradas para el cotejo de ida de este sábado en el estadio La Bombonera y siguen afinándose los detalles con respecto a la seguridad.
El Gobierno de la Nación no ha dejado escapar ningún detalle para que se eviten hechos de violencia y tanto Boca como River aprobaron una campaña de paz con afiches en los que dos niños con sus camisetas aparecen abrazados acompañados de la frase "la Copa se queda en Argentina".