TEMUCO.- Mientras en la UC todo era una fiesta, al otro lado el panorama era absolutamente contrario: La desolación y amargura se apoderaban de Temuco.
El elenco de la región de La Araucanía consumaba un descenso que ya parecía sentenciado, pero que aún tenía una pequeña esperanza de salvación. Aunque esa finalmente no se materializó.
El cuadro verde bajó a la Primera B tras perder 2-1 con Universidad Católica desatando un ambiente de tristeza y desolación en los jugadores y la hinchada.
Incluso, desde el plantel cruzado se acercaron para contener a sus rivales en un momento tan doloroso. Hubo lágrimas y rostros largos en un equipo que ahora vive en la incertidumbre con miras a 2019.
Es un hecho que al caer de la división de honor vienen cambios y de la mano una importante reducción de costos que afecta directamente en la confección del plantel para el ascenso.
Son más de 10 los jugadores que finalizan contrato y no hay claridad sobre su futuro, pues algunos no serán renovados por sus salarios y otros ya manejan ofertas para seguir en Primera.
Por ejemplo, el portero José Luis Gamonal ya tiene propuestas para mantenerse en la categoría de honor y es muy difícil retenerlo pese a que mantiene vínculo contractual.
Mientras que la dirigencia de Temuco quiere que jugadores como Miguel Aceval y Cristián Canío continúen, aunque su permanencia es incierta. Incluso, se teme una estampida masiva de jugadores.
Lo mismo ocurre con Miguel Ponce. Marcelo Salas y compañía quieren que el técnico se mantenga a cargo del primer equipo, pero asumen que el escenario es complicado.
Si bien en la conferencia de prensa tras el descenso dio una señal y no se cerró a la opción de continuar, dejó en claro que aún debe conversar con la dirigencia para tomar una decisión.
Esta semana será de definiciones en Temuco. Habrá salidas, también reducción de presupuesto y comenzará la operación ascenso con miras al 2019.
