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Medallista olímpico y un controvertido historial: El nadador chino que levanta polémica y genera fuerte rechazo de sus rivales

Sun Yang fue el primer oro olímpico para su país. Sin embargo, su carrera ha estado marcada por desaciertos.

23 de Julio de 2019 | 23:00 | Redactado por Felipe Muñoz, Emol
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AFP
Se disputa el Mundial de natación en Gwangju, Corea del Sur, y la controversia se ha apoderado del torneo.

Y es que van dos deportistas, el australiano Mack Horton y el británico Dun Scott, que se han negado a compartir el podio con una figura en particular, el chino Sun Yang, quien en 2018 se rehusó a hacerse un control antidopaje por sorpresa y posteriormente rompió el frasco con su sangre. De misteriosa forma, la Federación lo dejó competir de igual manera en el presente Mundial.

Pero, ¿Quién es este polémico nadador asiático?


Sun Yang tiene 27 años y 1.98 metros de altura. A los 18 ganó los 1500 metros libres en los Juegos Asiáticos de 2010 con un nuevo récord, lo que lo catapultó a llevarse el premio al Novato del año en los premios deportivos de la Televisión China.

Desde allí, su ascenso ha sido meteórico. En el Mundial de 2011, rompió el récord de 1400 metros libres y en 2012, ganó el oro en los 400 metros libres de los Juegos Olímpicos de Londres, convirtiéndose en el primer chino en obtener la presea dorada en natación. Además, obtuvo la plata en 200 metros libres y el oro en los 1500 libres.

Y en el Mundial de Barcelona 2013, consiguió el oro en las tres pruebas de fondo, ensalzándose como una de las máximas figuras de la disciplina.

Sin embargo, ese mismo año, chocó su porsche contra un bus en Hangzhou, sin contar con carnet de conducir. Ahí empezaron los problemas.

En 2014 fue multado con 650 euros y estuvo impedido de competir por tres meses debido a un doping por consumo de trimetazidina, una sustancia prohibida.

Un año después, en el Mundial de 2015, tuvo una fuerte pelea con una nadadora brasileña y se negó a participar en los los 1500 metros alegando dolencias cardíacas. Y en los Juegos Olímpicos de Río en 2016 no frenó su ascenso, consiguiendo un oro y una plata.

En 2018, encendió la polémica al negarse a hacerse un control antidopaje por sorpresa, en el que con un "martillazo" rompió el frasco que tenía su sangre. Ahí levantó sospechas y cierta animadversión en sus competidores, lo que se ha visto reflejado en el presente Mundial.

En septiembre próximo deberá declarar al TAS, lo que podría ponerle punto final a su carrera.
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