reuniones con Intendencia y Estadio Seguro, viajes, etc.
El protagonismo que ha ido adquiriendo es tal que incluso ha ido opacando la labor del propio gerente deportivo, Marcelo Espina. De hecho, Mayne-Nicholls dio la cara tras el reciente fracaso en la negociación con Luiz Felipe Scolari y así cada vez que alguien debe salir a dar explicaciones por cualquier hecho, el primero en aparecer es el periodista.
El viaje a Brasil para convencer al DT campeón del mundo con el "Scratch" es una clara muestra de la relevancia que hoy tiene, pues habitualmente la labor de negociar con un técnico pasa exclusivamente por Espina, o a lo más Aníbal Mosa. Sin embargo, el vicepresidente albo igual fue parte de las frustradas conversaciones.
Una voz más que aprobada
No es su principal tarea en la institución, pero ante la ausencia frente a los micrófonos de Espina, el directivo ha demostrado que su voz está más que autorizada para enfrentar el día a día albo. Además, los hinchas lo respetan. Ayer fueron miles los que lo elogiaron y le pidieron fotos en la entrada del estadio Monumental.
Su injerencia al interior del Cacique crece día a día, según cuentan desde el interior del club. Sin ir más lejos, Mayne-Nicholls fue fundamental para que la Intendencia Metropolitana diera el visto bueno para el aumento en el aforo para recibir a Athlético Paranaense en el Monumental.
En principio estaban autorizadas 20 mil personas, pero la gestión del ex timonel de la ANFP permitió que se aumentara a 30 mil. Su figura como directivo de experiencia y excelencia es de gran ayuda para Colo Colo.
No elude la autocrítica
Además, en Pedrero destacan su autocrítica: No eludió responsabilidades tras los serios incidentes en el clásico ante Católica, asegurando que "fallaron en la seguridad" y ayer reconoció que cometieron errores en la negociación con "Felipao".
Este Mayne-Nicholls directo y visible a la hora de dar explicaciones contrasta completamente con un Espina que ante las críticas, ha optado por el silencio. La labor del ex volante sigue siendo duramente cuestionada por los propios simpatizantes albos, quienes ayer lo insultaron en Pedrero.
De esta manera, el ex mandamás del fútbol chileno se confirma como un hombre de confianza para Aníbal Mosa, mientras que la imagen de Espina sigue deteriorándose frente a unos aficionados que esperan que el club se recupere tras el terremoto que dejó la salida de Mario Salas...
