Sorprendentemente, en Bielorrusia, Europa, se sigue jugando al fútbol e incluso con público en los estadios. Sí, pese a la pandemia coronavirus que azota al mundo y al deporte, en este país las ligas continúan vigentes y se niegan a parar en el contexto del covid-19.
Oficialmente, existen solo 88 diagnosticados de un universo de cerca de 10 millones de habitantes.
Aún no hay muertos.
Incluso, su presidente, Aleksandr Lukashenko, llamó a la calma: "Estas cosas pasan. ¡Lo más importante es no entrar en pánico!". Bielorrusia aún no ha cerrado ni cines, ni teatros ni eventos masivos.
Pero allá, hay un brasileño que sufre. Wiliam Alves, defensor del Rukh Brest, no la pasa bien y reconoce estar con miedo.
"Preferiría que el campeonato estuviese ya parado. Estoy pasando un poco de miedo. Durante los partidos, no me preocupo, pero en cuanto llega el pitido final te plenea la duda '¿me habré contagiado hoy?'", explica al medio UOL.
Y agrega: "Mis padres y mi esposa me llaman continuamente y me piden que no salga del hotel. El problema es que aquí todo está muy tranquilo, con gente en la calle como si nada y no se ve a nadie con mascarilla".
Alves arribó al equipo bielorruso hace apenas un mes, y de momento, su futuro es incierto.
"Mi agente me dijo que puede que paren la liga después de la próxima jornada. Espero que las cosas no se pongan muy peligrosas aquí. Estoy preocupado y mi familia también. Lo mejor para mí y para la salud de todos es que el fútbol pare".
Hoy por hoy, la segunda fecha de la Liga Premier se está jugando. Alves fue titular en la derrota de su equipo ante el Energetik FC el pasado viernes. El brasileño y sus compañeros saltaron al campo con una camiseta que decía: "Jugamos por el mundo".