A Jonathan Almendra nunca se le va a olvidar la navidad de 2017. Había llegado a Suecia hace solo unos meses. Cuenta que el club en el que jugaba les organizó un pequeño cóctel, los niños vieron el Pato Donald y a las cuatro de la tarde entregaron los regalos. A esa hora ya estaba todo oscuro. Se fue a su casa, pensó en su familia y se sintió abrumadoramente lejos. Se las lloró todas, como él mismo dice. Pero el tiempo ha pasado y hoy una sonrisa le cruza la cara. Será el primer chileno en jugar la Champions de futsal.
La historia de Almendra es la de alguien que siempre ha tenido que pelear a la contra. También de giros impensados. Se formó en las inferiores de la Deportes Concepción y luego pasó por Naval, Linares y Fernández Vial. Uno de sus mejores momentos fue en 2013. Anotó el gol que devolvió a los aurinegros al profesionalismo. Vivía para el fútbol, aunque el fútbol no le diera para vivir.
La pasión por la pelota era una herencia de familia. Su hermano Patricio fue seleccionado chileno y dejó huella en el "León de Collao". Ese parentesco terminó siendo una carga.
"Siempre ha sido complicado por el tema de mi hermano. El 'Pato' es un jugador que tiene su historia en la región del Biobío. Varias veces escuché el comentario de que yo jugaba por él. En Chile hay mucha mala intención y mucho comentario mala leche. Me costó mucho por eso", le narra a Emol.
Sin embargo, no era su único problema. Habla del negocio de los representantes y de algunas decisiones impulsivas que le pasaron la cuenta. Una vez, por ejemplo, jugando para Naval metió un gol y se sacó la camiseta. Abajo tenía la del "Conce". "Me querían matar los hinchas. Se me pelaron los cables", cuenta entre risas.
En el 2017 estaba entrenando con Deportes Concepción. Eran días de mucha incertidumbre y casi ninguna certeza. Ante ese escenario, no dudó cuando le salió la posibilidad de ir a Suecia. Fue de un día para otro y casi de suerte. Andaban buscando a Gamadiel García.
"A un amigo le pidieron el número de Gamadiel García. Andaban buscando jugadores que estuvieran sin club y le tiré la talla: 'Háblale por mí mejor, para qué le vas a dar el número del Gama'. Le mandé mi video. A los quince días ya estaba viajando. Fue algo súper rápido. En ese tiempo, estaba esperando el tema de Concepción. Esperando a ver si lo aceptaban o no en Segunda Profesional", dice.
El atentando, Zlatan y la decisión sobre el futuro
No le costó adaptarse. Ya había estado hace un tiempo en Nueva Zelanda y se defendía con el inglés. Pero cuando llevaba un mes y medio en Estocolmo tendría una experiencia límite. El 7 de abril de 2017 fue al centro a buscar unos zapatos para jugar al día siguiente y aprovechó de pasar a la peluquería. De repente, escuchó un estruendo. Se había producido un atentado terrorista justo en el lugar donde pasaba todos los días para devolverse a su casa. El conductor de un camión tomó la vida de varias personas y dejó un reguero de heridos.
"Había ido a cortarme el pelo y mientras hacía hora, se produjo el atentado. Toda la gente corría. Yo estaba a una cuadra. Afortunadamente no me pasó nada", afirma.
Almendra llegó al Huddinge IF, después firmó por el Arameiska-Syrianska y terminó en el Tungelsta if. Jugó en Primera, Segunda y Tercera. Asegura que la diferencia con Chile es abismal.
"Equipos de hasta cuarta división tienen una infraestructura increíble. Un estadio y cuatro o cinco canchas de entrenamiento. En el tema monetario también. Lo que nunca lo gané en Chile, lo gané acá. Estando allá en Chile hacíamos viajes de cinco horas y lo único que nos daban era un pan con queso y un yoghurt. Eso te motivaba a salir de la mierda en la que estabas. El fútbol chileno, eso sí, es mucho mejor que el de acá", comenta.
Para ir ahorrando, el delantero tomó otros trabajos. Restoranes, panaderías, construcción, lo que saliera. Pero cuando dice que Suecia le ha dado mucho recalca que es un tema mucho más importante que lo monetario. Allá conoció a su actual pareja Lina-Maja Bronnvall y Mattheo, su hijo, nació hace unas semanas.
La liga sueca de fútbol dura cinco meses por el invierno. A fines de la campaña pasada, unos amigos invitaron a Almendra a jugar futsal con Nacka Juniors para que no perdiera la forma.
"En el tema técnico no tengo problemas, pero con la táctica sí. Todos los trabajos son basados en la táctica fija que hay al momento de defender. Eso es lo que más me ha costado. Es una falencia que la tengo que ir mejorando de a poco", apunta.
Anduvo bien, metió hartos goles y le llegaron varias ofertas. La más potente fue del Hammarby, campeón sueco y equipo del que es propietario Zlatan Ibrahimovic. No lo dudó, el contrato era mejor que los que había tenido. Cambió el fútbol por el futsal y ya fantasea con la Champions. Ha visto que "Ibra" ha ido a entrenar con las series menores y se ilusiona con tomarse una foto con él. No es lo que pensaba de chico, pero afirma que sea como sea está cumpliendo un sueño. Disfruta de la estabilidad de lo construido. No cree que vuelva a Chile.
