Coquimbo sigue agigantando su historia en esta Copa Sudamericana. Este miércoles perdió 1-0 con Junior en el Sánchez Rumoroso, pero supo aguantar hasta el final y se metió entre los cuatro mejores de la Copa Sudamericana.
El 2-1 obtenido en la ida fue la clave. Los goles de visita lo terminaron clasificando a una instancia inédita. La escuadra de Juan José Ribera no tendrá grandes nombres, pero sí ha mostrado inteligencia y coraje para jugar las series. En la siguiente fase enfrentará a Defensa y Justicia de Argentina.
El inicio del encuentro fue horrible para Coquimbo. El árbitro, con ayuda del VAR, cobró penal y Miguel Borja abrió la cuenta a los 7'.
Los de Barranquilla dominaban el encuentro. Eran dueños de la pelota e inquietaban cada vez que el experimentado Teófilo Gutiérrez aparecía en escena. El elenco pirata estaba sobrepasado. Sin ideas ni inspiración individual para acercarse al arco rival. Se pudo cobrar otro penal en favor de la visita por una mano de Jorge Gatica.
El aurinegro comenzó a replegarse peligrosamente, quizá sintiendo el peso de lo que se estaba jugando. Solo inquietaba con las solitarias carreras de Rubén Farfán. Junior tenía el control. Edwuin Cetre desvió por muy poco y luego le anularon un gol por fuera de juego.
Con el correr de los minutos se intensificó la presión de los cafetaleros. "Tranquilos, tranquilos", gritaba Juan José Ribera al borde de la cancha. Ya en los descuentos, se cobró tiro libre al borde del área. La pelota salió junto al palo. Coquimbo lo había logrado. Un dato a tener en cuenta. El último equipo chileno en acceder a semifinales fue la Católica de Martín Lasarte en 2012.
La llave contra Defensa y Justicia se disputará en enero. Ya habrá tiempo para pensar en ello. Esta noche el puerto es una fiesta.
