Hace ya casi 20 años,
el brasileño Robinho supo ser una de las estrellas más emergentes del fútbol mundial. Comparado con Pelé, emigró del Santos al Real Madrid en 2005 y estaba llamado a ser un verdadero crack.
Sin embargo, su carrera fue de más a menos y hoy en día el ex Manchester City vive un calvario. Fue condenado a nueve años de cárcel por una violación grupal cometida en Italia, mientras jugaba para el Milan.
Robinho hoy tiene 40 años y alzó la voz en TV Récord.
"Sólo jugué cuatro años en Italia y estoy cansado de ver historias de racismo. Desafortunadamente, esto continúa hasta el día de hoy. Fue en 2013, estamos en 2024. Los mismos que no hacen nada con este tipo de actos (racismo) son los mismos que me condenaron. Si mi juicio fuera para un italiano blanco, sería diferente. Sin dudas", dijo.
Luego disparó: "Con la cantidad de pruebas que tengo no sería condenado".
El brasileño reconoció sí que tenía una relación con la víctima. Declara que fue todo consentido y que en las pericias no detectaron su ADN.
"Tuvimos una relación superficial y rápida. Intercambiamos besos, después de eso me fui a casa. Había otras personas en el lugar. Cuando vi que ella quería seguir con otros chicos, me fui para casa. Nunca lo negué. Fue consensuado. Nunca lo negué. Podría haberlo negado, porque mi ADN no está ahí. Pero no soy un mentiroso", recalcó.
Según cuenta Marca, por ahora, el ex Madrid "está a la espera de una visita ante al Tribunal Superior Justicia (STJ) que juzgará "la solicitud del Gobierno italiano para que el exjugador cumpla su condena en territorio brasileño".
"Espero que aquí en Brasil pueda tener una voz que no tuve en el extranjero. Usted quiere mostrar sus pruebas, y no entiendo por qué, pruebas que son tan relevantes para cualquiera, para ellos (la Justicia italiana) no lo eran. Todos los que juzgan podrán ver mis pruebas. Yo no soy ese monstruo. Durante 10 años dejé de ser una persona y me convertí en otra", cerró.