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El brutal ataque de honestidad de Gustavo Álvarez tras polémico gol anulado a la U y la calentura de Leandro Fernández contra el árbitro

Los azules perdieron el título.

10 de Noviembre de 2024 | 21:41 | Redactado por Felipe Muñoz, Emol
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Agencias/Emol
La U solo empató con Everton (1-1) y resignó el título del Torneo Nacional. Quedó a un gol de llevar a Colo Colo a una final única, pero finalmente los albos se consagraron.

En el duelo de los azules, eso sí, hubo una tremenda polémica en el final. A los 90' Leandro Fernández anotó un golazo, pero el árbitro Francisco Gilabert lo anuló a instancias del VAR por una dudosa falta previa en la jugada del tanto.

Los universitarios se quejaron, Fernández explotó, lo insultó duramente en un tremendo ataque de calentura. Incluso se fue expulsado. "Cagones de mierda", "hijo de p...", fueron algunos de los gritos del argentino contra el juez.

La calma la puso Gustavo Álvarez, técnico de la U. Aún en la cancha, analizó la polémica y fue cauto: "Lo que pasa es que el cuarto árbitro se la marca, después la revisaron en el VAR. Si se revisó en el VAR con 30 cámaras no tengo nada que decir con eso. Yo veo la jugada rápida, veo que el cuarto la marca, la jugada sigue y es gol. Si el VAR lo vio así, debiera haber sido así. A mí me pareció normal, pero no tengo la claridad".

Luego en conferencia de prensa, Álvarez siguió en la misma línea con un brutal ataque de honestidad sobre la jugada.

"Yo en cancha y opinar en contra de 13 cámaras, los profesionales del VAR, más los cuatro árbitros en cancha, me parece que no. Entiendo la calentura, la emoción si nos anulan el gol al final, el gol que nos daba la victoria, pero ahí es donde no se construye. Si nos anulan un gol en el final, la emoción será el enojo, la amargura, entramos en una polémica y decimos cosas que hay que tener mucho cuidado", dijo.

Después agregó: "Yo como entrenador, esas cosas quedan grabadas, entonces uno luego debe perdir disculpas. Se construye desde la aceptación y respetar los errores, si fue un error, no caer en polémicas que no hacen crecer al fútbol chileno. El árbitro tenía 13 cámaras que lo ayudan y confío en la capacidad y honestidad de quienes las dominan. Sería lo más fácil reclamar por la jugada, pero sería traicionarme a mí mismo".

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