Aparte de
Cristian Garin (133°) y Alejandro Tabilo (32°) que están en octavos de final en Houston, esta semana hay otro chileno en competencia.
Se trata de Nicolás Jarry, 57 del mundo y preclasificado en el ATP de Bucarest, oficialmente conocido como el Tiriac Open. El nacional debutará el jueves ante el australiano Christopher O'Connell (87°) en horario a definir.
Este torneo, el único en su categoría en Rumania, debe su nombre en honor a Ion Tiriac, mítico tenista de ese país.
El hoy multimillonario empresario tiene 85 años,
nació en mayo de 1939 y su vida está marcada por varios increpibles episodios.
Creció en la Rumania post guerra, en un país azotado por la escasez. "Fueron tiempos muy duros. No había qué comer en Rumania. Se comía lo que se podía. Yo llegué a comer ratas para poder subsistir", dijo en una entrevista.
El deporte lo sacó de ese espiral. Fue jugador de hockey de hielo, llegando a defender incluso a su seleccón en los Juegos Olímpicos de Invierno de Inssbruck en 1964.
Ahí fue cuando el tenis llegó a su vida. Cambió el hockey por la pelota amarilla. Fue contemporáneo a una estrella del tenis rumano como Ilie Nastase, con el que ganó Roland Garros en dobles. Llegó a ser 55 del mundo y ganó cinco trofeos.
Luego, también fue coach, dirigiendo a figuras excluyentes como Guillermo Vilas, Boris Becker o Goran Ivanisevic.
Tiriac supo invertir el dinero que ganó como tenista y se hizo multimillonario. Lidera uno de los grupos financieros más grandes de Rumania (Tiriac Holdings) y también estuvo vinculado al mundo inmobiliario y de seguros. Según Forbes, su fortuna superaría los 2 mil millones de euros.
Su gran afición son los autos. Tiene casi 400 vehículos en una colección en Bucarest.
"Muchos de los autos expuestos pertenecieron a nombres famosos del mundo de la música o el deporte. Por ejemplo, hay un Rolls Royce Phantom 5, fabricado en 1960, que fue comprado por Sir Elton John en 1990. El artista encargó la pintura rosa y blanca, y el interior a juego".
Una tremenda anécdota de Tiriac fue cuando olvió un par de Ferrari F40. ¿Qué pasó? Tenía dos de estos modelos y los dejó estacionados en Munich cuando vivía en Monte Carlo. Simplemente se le olvidó y diez años después lo llamó el dueño del estacionamiento para recordarle. Increíble.
Finalmente, el rumano reconoció tener más de 30 hijos. "Yo tengo tres hijos oficiales y 30 no oficiales y creo que todos tienen el derecho a la misma parte", confesó Tiriac a Jurnalul National.