Ministro de Hacienda, Ignacio Briones.
El MercurioOpiniones por cambios tributarios |
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Respecto del sistema PYME: creo que hay un gran avance en fortalecer a las pequeñas y medianas empresas. Los incentivos que mantendrán las PYMES y que de hecho se expanden, hace que frente a esto probablemente todos quieran ser PYMES. Mantener un sistema integrado con incentivos o alternativamente un sistema de transparencia fiscal recoge bien las propuestas que el gobierno había planteado en un comienzo y con este acuerdo se fortalecen. En particular destaco que se extienda el incentivo a mantener utilidades invertidas en al PYME, aspecto clave de su potencial de crecimiento. Respecto del impuesto patrimonial: creo que generará sentimientos encontrados porque es un impuesto a los ricos pero no es realmente un impuesto a los denominados "super ricos". Y eso tiene un sentido práctico que hace que la propuesta sea bien realista. Si al súper rico le pones un impuesto sobre su patrimonio bursátil, sus pólizas de seguro o quien sabe sobre qué otra cosa que pueda tener, ese capital se puede mover con relativa facilidad. Por el contrario, si a los ricos le pones una contribución mayor a sus inversiones en bienes raíces, no es igualmente fácil para ellos liquidarlas ni tampoco moverse. Nadie se va a ir a de su casa ni a vender los departamentos que como inversión compró. El impuesto patrimonial no es particularmente deseable, pero dentro de esta propuesta está pensado con seriedad. Respecto del sistema para grandes empresas: al final es mantener lo que tenemos hoy, con la consecuencia de que pagarán la cuenta no sólo los ricos sino que todos quienes inviertan en grandes empresas (ej. la clase media). Pero dicho ello, no hay espacio político para bajar la carga que el actual sistema impone, por lo que es valorable que al menos la carga marginal máxima no se elevara al 49,45% como en algún momento se pensó que podía ser. Es raro que no se diga nada sobre esta sobretasa a las contribuciones sobre propiedades compradas con deudas bancarias. Una cosa es tener departamentos por 400 millones de avalúos fiscales que compré al contado y sin deuda, y otra es estar hundido en deuda con hipotecas que me tienen como inversionista justo. ¿Debería ser realmente el objeto de este impuesto? Ignacio Gepp, Director Puente Sur Tax |
Lo bueno es que se haya llegado a un acuerdo. Eso significa voluntad de Gobierno y de oposición de avanzar en pos del país. En lo que al acuerdo refiere, es destacable que se mantengan todos los beneficios para las pymes que traía el proyecto original del Gobierno, en especial el que tengan una tasa de impuestos más baja y un sistema de tributación completamente integrado. Lo malo es que se establezca un impuesto al patrimonio, y peor aún, sobre bienes raíces. Álvaro Moraga, socio de Moraga y Cía La lógica de los impuestos es gravar a quien gana dinero. Y si lo heredo pago igualmente un impuesto. Sin embargo, acá se produce la sinrazón que se terminará pagando impuestos 4 veces sobre un mismo hecho. El inmueble fue adquirido con dineros que pagaron impuesto a la renta; luego ese inmueble pagará contribuciones; ahora un impuesto adicional y finalmente los herederos deberán pagar impuesto de herencia al recibirlo. La justicia tributaria, para ser tal, debe operar para ricos y pobres. Y esto no es ni justo ni lógico. Es imperativo que el proyecto que se presente no sólo se refiera al avalúo fiscal, ya que debe considerar como base sólo el porcentaje del que realmente se es dueño y no el que se adeude. Deuda no es riqueza. Lo otro malo, es que se haya dejado el límite de las pyme en 75.000 de ventas y no se haya llevado a 100.000. Un mensaje político expreso de la voluntad de avanzar en la eficiencia del gasto fiscal y en la transparencia del uso de los recursos que se recaudan (Accountability). Gran parte del destino de los impuestos se diluye en gastos permanentes innecesarios (como fue el aumento del número de parlamentarios) privando de que los recursos lleguen donde realmente se necesitan y donde se generan los cambios reales: salud, educación y pensiones. Más impuestos no significa mayor bienestar social. |
Lo bueno es que se llegue a un acuerdo que permita tener prontamente certezas; se establece un sistema más progresivo al gravar principalmente a los sectores más privilegiados; se mantiene un trato privilegiado a las Pymes. Lo que se echa de menos, aún cuando será objeto de revisión para marzo: aumento del impuesto al diésel; eliminación de la renta presunta; revisión de exenciones en el mercado de capitales. Juan Pablo Cabello, abogado de Cabello Abogados |