"El parón económico en los principales socios comerciales de la región, la caída en el valor de las materias primeras y el golpe en áreas como el turismo lo llevarán a la peor contracción de la actividad económica que la región haya sufrido desde que se iniciaron los registros, en 1900".
Ese fue parte del duro pronóstico que hizo publicó el pasado martes la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) producto del impacto del covid-19, la cual estima que la región en su conjunto se contraerá este año 5,3%, siendo los países más afectados Venezuela (-18%), México (-6,5%), Argentina (-6,5%), Ecuador (-6,5%), Nicaragua (-5,9%) y Brasil (-5,2%). Chile, por su parte, anotaría un retroceso de 4%.
Sin embargo, un país que se encuentra alejado de esos números regionales es Paraguay. Si bien el organismo de la ONU prevé una contracción para dicho país, esta sería solo del 1,5%.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) en tanto, es más optimista aún respecto a Paraguay, señalando que esperan que su economía este año retroceda solo un 1%, versus los demás vecinos de América del Sur, cuyas caídas fluctuarían entre 2,4% y 15%.
Hay otros datos que se manejan. Por ejemplo, la calificadora de riesgo Fitch no visualiza una economía paraguaya en negativo, sino que espera "un modesto crecimiento del 1%". Mientras que Moody´s proyecta un avance del 0,7%. ¿Y el Banco Mundial? Espera un retroceso de 1,2%. Todas cifras modestas si es que se comparan con los pronósticos para sus vecinos, de hecho, el consenso apunta que Paraguay tendría la contracción más baja de la región.
El Campo
¿La razón? El analista económico paraguayo, Pablo Alfredo Herken, intentó dibujarla a través de una columna publicada por el medio de ese país La Nación, y señaló que el factor preponderante para que el futuro económico esperado para el país de unos 7 millones de habitantes no sea tan dramáticamente negativo es principalmente uno: el campo.
Eso, señaló Herken, en base a lo que le habrían expuesto "fuentes internacionales", quienes le habrían asegurado que "ustedes en el Paraguay tienen un campo muy productivo, con una bien favorable cosecha de soja que mejoraría entre el 23% y el 29%", respecto a la caída de 17% el año pasado.
"El campo es su pilar y en cierta forma hoy, en este mar de turbulencias mundiales jamás vistas anteriormente, es su salvación", añadió. Lo anterior, pese a los castigos de la marcada caída en los precios internacionales de la soja (-12%) y otros productos agropecuarios, lo que provocaría que el sector agrícola paraguayo dejaría de percibir ganancias por cerca de US$500 millones.
"¡El campos nos vuelve a salvar!", expuso el economista, subrayando que "sus fuentes" además destacaron la estabilidad monetaria del país (baja inflación) y cambiaria, sumado a una "prudente disciplina fiscal", siendo el país menos endeudado de la región.
"Si cuidan la pata del campo, no rompen su tradicional disciplina y administran mejor el dinero de las binacionales (unos US$670 millones), estarían en mejor situación que otros países para enfrentar la crisis global", le habrían señalado las mismas fuentes.
Las medidas del Gobierno y la ayuda del FMI
Paraguay, según los registros, es el país menos afectado por la pandemia a nivel sudamericano, anotando hasta ayer 208 casos de infectados, ocho muertos y 53 recuperados.
Para enfrentar esta crisis, Gobierno de Paraguay, encabezado por su Presidente Mario Abdo Benítez, fue uno de los primeros de la región en adoptar medidas restrictivas para la población y anunció un paquete de emergencia para aumentar el gasto en atención médica y proporcionar préstamos a las empresas del sector privado con dificultades de pago.
Además el Banco Central del Paraguay bajó sus tasas de interés y la provisión de liquidez adicional al sistema financiero. Políticas que han sido destacadas por el FMI, desde donde las calificaron de "contundentes". De hecho, el organismo internacional anunció el pasado martes un desembolso inmediato de US$274 millones a Paraguay para afrontar "las necesidades de la balanza de pagos urgentes", debido a la crisis.
El organismo indicó en un comunicado que el desembolso, aprobado bajo el Instrumento de Financiamiento Rápido, ayudará a preservar "los gastos esenciales de salud relacionados con el covid-19" y fortalecer la red de la seguridad social.
El FMI recalcó que la economía paraguaya se reducirá un 1% en 2020 debido al impacto del covid-19, al tiempo que se prevé un aumento del déficit fiscal de hasta un 4 % del producto interno bruto (PIB). Ello, cuando Paraguay mostraba antes de que apareciera la pandemia "signos de una fuerte recuperación de la recesión inducida por los choques climáticos adversos en 2019".
También destacó que a corto plazo el objetivo del Gobierno debe ser "aumentar el gasto en asistencia médica y fortalecer la red de seguridad social", además de apoyar a las pequeñas empresas y trabajadores.
Pero una vez finalizada la crisis, "será necesario reducir el déficit presupuestario" y restablecer la regla fiscal que "ha anclado con éxito la estabilidad macroeconómica" de Paraguay en los últimos cinco años.
Benítez promulgó una ley de emergencia que contempla una línea de crédito de 1.600 millones de dólares para frenar el impacto social y económico de las medidas de aislamiento, además de para ser inyectados en la red sanitaria.