"Existen varios elementos de riesgo que configuran vulnerabilidades del proceso de reactivación económica de Chile", sostiene el comunicado del Grupo de Política Monetaria (GPM), instancia compuesta por cinco economistas que analizan si el Banco Central debería mover la tasa de interés ante las variables macro. En esta oportunidad, la recomendación es clara: mantener la TPM en su mínimo técnico de 0,5% y seguir de cerca los riesgos que amenazan la recuperación de la actividad.
Así, el GPM ve "difícil de lograr" que la economía chilena caiga sólo un 5,5% y anticipan más probable que el desplome se ubique entre el 6 y el 6,5%. Y si bien analizan que uno de los principales factores para el repunte será la evolución de la pandemia y los confinamientos, advierten que otro punto clave será el del resurgimiento de la violencia, el cual, entre otras cosas, "mantiene frenada a la inversión".
"Creo que estamos en una trayectoria de recuperación, pero esta recuperación no es extraordinariamente rápida ni explosiva y, como hemos señalado durante la discusión, hay varios lastre o mochilas que tiene la economía que retardan esa recuperación y la violencia es uno de ellos", analizó el economista y académico de la U. de Chile, Guillermo Le Fort.
En ese sentido remarcó que la violencia genera efectos dañinos y que "tiende a retrasar la recuperación y tiende también a disminuir y postergar la inversión a la espera de que la situación se normalice o se aclare. Eso es ciertamente un freno más, añadido al de la pandemia".
Carlos Budnevich, académico de la Universidad de Los Andes, hizo énfasis en la importancia de que tanto el Gobierno como la mayor cantidad de los partidos políticos "no sólo condenen la violencia, sino que apoyen el combate a ella, obviamente dentro del legítimo uso de la fuerza".
"Está bien tener diferencias y disputas políticas, pero esto no se puede resolver por el método violento, porque eso lo único que hace es destruir un país, su capacidad productiva, destruir la inversión y destruir los empleos"
Carlos Budnevich
Lo anterior, dado que "me parece de la mayor importancia que en ese ámbito haya el mayor consenso posible, porque no solamente la violencia perjudica la inversión, sino que destruye capital productivo".
"No es solo que no podremos adicionar capital en el futuro porque los empresarios no van a invertir, sino que además le estamos destruyendo la capacidad productiva a muchas pymes y eso es nefasto, además estamos destruyendo bienes públicos", insistió el experto macroeconómico.
Ante el escenario actual, donde distintas manifestaciones se activaron en la antesala del Plebiscito del 25 de octubre, el economista Tomás Izquierdo marcó el punto de que "el crecimiento no es un dato" y comentó que "muchas veces tengo la sensación de que tanto a nivel de los movimientos sociales y partidos políticos está la idea de que el crecimiento está asegurado y que aquí hay que preocuparnos de la forma en que está distribuido ese crecimiento".
De cara a su diagnóstico, agregó: "Es bien triste porque hay muchas razones que entrampan la recuperación de la economía chilena: una de ellas sin duda es la incertidumbre y la violencia no hace más que exacerbarla".
Altura de miras
Frente a la trayectoria de la recuperación, la cual considera según los expertos que lo peor ya quedó atrás con la caída de 14,2% del PIB en el segundo trimestre, para Izquierdo "el que crezcamos o no el último trimestre de este año es más o menos simbólico y aunque logremos crecer la verdad no es muy meritorio porque la base de comparación, que es el cuarto trimestre del año pasado, es una pésima base de comparación afectada por el estallido social".
Sin embargo, destaca el economista de Gémines, "aquí lo importante es levantar la mirada y ver que en el mediano plazo la pista se pone muy complicada para el crecimiento y para el empleo, y ese es un contexto que tiene que tomarse en cuenta al momento de tener la discusión en torno a la nueva Constitución y a las presiones sociales que se están generando".
"Sería muy terrible, no solamente económicamente, sino que para la convivencia social y para poder lograr los acuerdos que se necesitan, que esta violencia se mantuviera y uno empezara a vivir en un país en que uno no se siente seguro donde no puede manifestar sus opiniones libremente"
Verónica Mies
Respecto a ese análisis, la economista de la PUC Verónica Mies enfatizó que lo más importante es no normalizar la violencia y subrayó que "no basta con decir que uno está en contra de la violencia, sino que hay que tomar acciones concretas y eso es lo que se echa de menos".
"Hay que tratar de ponerse de acuerdo, hablar con altura de miras, porque creo que un país con violencia no solamente afecta al crecimiento económico o la capacidad de emprendimiento, el derecho natural que tienen las personas a emprender, sino que existe el derecho de poder vivir en paz en una sociedad y creo que eso no ha ocurrido".
Por su parte, Juan Pablo Medina, economista y académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, expresó que "es importante reconocer que hay demandas sociales legítimas en todo esto y eso es importante no pasarlo por alto, pero obviamente todos estamos de acuerdo que la forma de manifestarse por ellas no puede ser la violencia y la destrucción. Ese no es el camino. Para lograr soluciones se necesita revisar cuáles son las demandas y los actores políticos también tienen que poner de su parte y no extremar sus posiciones".
Las otras vulnerabilidades de la recuperación
De acuerdo a los economistas del GPM, existen también otros elementos de riesgo que configuran vulnerabilidades del proceso de reactivación económica de Chile más allá de la violencia. Así, destacan, que la evolución de los contagios del Covid-19 seguirá condicionando la producción y demanda de bienes y servicios por las medidas de confinamiento y también de alejamiento social.
Por otro lado, advierten que una vez que el efecto del impulso fiscal presente en las ayudas económicas implementadas por el gobierno y el efecto del retiro del 10% de los fondos de pensiones se vayan diluyendo, "el consumo privado dependerá en mayor medida de la evolución de los ingresos laborales, que hasta aquí ha sido muy negativa".
Otro desafío, dicen, es mantener el flujo de crédito a empresas y personas de manera de conservar sano y solvente el sistema financiero. Asimismo, alertan sobre el "profundo" deterioro que ha experimentado el mercado laboral, donde la recuperación también estará sujeta a la magnitud de los estímulos que ponga a disposición el Gobierno para incentivar la mantención y creación de puestos de trabajo en el mediano plazo.
