"Clave para el desarrollo económico del país". "No se debe utilizar como una herramienta de corto plazo". "Debe estar alejado de los vaivenes políticos". Esos algunas, solo algunas, de las frases que se han deslizado en los últimos meses desde el mundo político, y por el general de los economistas, para defender la autonomía del Banco Central.
Una discusión que no era tema, pero que comenzó a serlo tras el 15 de noviembre de 2019, en plena crisis social. Luego de 15 horas de conversaciones, las fuerzas políticas del país sellaron el histórico acuerdo para iniciar el camino hacia una nueva Constitución, y de ahí fueron varias las voces que se apresuraron a relevar la importancia de que la independencia del ente rector se mantenga.
Aunque el debate realmente se encendió un año más tarde. En una entrevista a El Mercurio en agosto de 2020, el abogado constitucionalista -y hoy electo como uno de los 155 constituyentes que confeccionarán la Carta Magna- Fernando Atria, aseguró que la autonomía del instituto emisor era "máxima y radical" y planteo que sus consejeros (5) deberían poder ser acusables constitucionalmente, como los ministros de la Corte Suprema.
"No diría que el hecho de que los miembros de la Corte Suprema puedan ser acusados muestra que no hay independencia judicial en Chile. No veo por qué no puede ser así con el Banco Central. Lo otro es irresponsable. No responde ante nadie, solo ante Dios", manifestó, agregando que "las decisiones del Consejo pueden causar muchas penurias y sufrimientos".
La independencia del Banco Central ya tiene 32 años. Fue en 1989 cuando se aprobó la Ley Orgánica Constitucional que estableció su autonomía para el manejo de la política monetaria y cambiaria, y existe un amplio consenso de que la medida ha sido exitosa para aislar las herramientas del Banco Central de un eventual uso político, considerado por las voces expertas como la causa de un pasado inflacionario que afectó a la economía del país.
Es más, la opinión generalizada asegura que, desde ese hito, la misión del Banco Central se ha cumplido con éxito, con destacados resultados en mantener a raya la inflación y cumplir con el normal funcionamiento de los pagos internos y externos. Sumado a ello, el consenso resalta la importancia de su autonomía para perseguir objetivos con visión de largo plazo, con compromisos de Estado y no de Gobierno, prevaleciendo frente a intereses políticos más inmediatos.
De hecho, comúnmente en los debates al interior del Congreso, y poniendo como ejemplo el Banco Central, se propone la autonomía legal de ciertas instituciones como solución a malas gestiones.
"El tema de la autonomía del banco en el mundo en general no está en cuestionamiento. Todos los países que tienen un Banco Central autónomo han tenido resultados positivos en sus economías", ha sostenido respecto al tema la economista y cercana al Frente Amplio Claudia Sanhueza.
87%De los convencionales constituyentes electos optaría por mantener la autonomía del Banco Central
Quienes también han salido en defensa de la independencia del ente rector son algunos de sus ex presidentes. "El Banco Central (chileno) es una envidia para el resto del mundo en cuanto a cómo ha manejado la política monetaria y cómo ha fortalecido la institucionalidad. Tiene que haber algún acuerdo de que eso no se toca. Funciona muy bien, ¿para qué vamos a estar cambiando cosas que funcionan muy bien?", ha señalado
Vittorio Corbo, punto en el que ha enfatizado en varias de sus intervenciones en los últimos meses.
Junto con ello, ha subrayado que "las evaluaciones internacionales muestran que el Banco Central chileno está entre los bancos centrales de los que hay que aprender en el mundo".
Mientras que José de Gregorio ha manifestado en entrevistas que "el Banco Central ha sido muy exitoso precisamente por su independencia. Ha sido un gran mitigador de los efectos negativos sobre el empleo y la estabilidad. Ha tenido un rol muy importante en esta crisis y ha aportado a través de su política monetaria a la estabilización de la economía".
Sin embargo, hay voces que quiebran el consenso mayoritario que pareciera haber respecto a no modificar la condición actual del instituto emisor. Una de ellas, la de Atria, que apunta a que los consejeros del banco puedan ser acusados ente el Congreso, lo que, para quienes rechazan esa idea, sería limitar la libertad de los consejeros para tomar decisiones. Eso, sumado a que ya existe un mecanismo para remover a los cinco consejeros del Central, si así lo considera necesario el Presidente de la República bajo una causa justificada y con la aprobación del Senado.
¿Qué opinan los constituyentes?
Con todo, lo cierto es que no pareciera haber demasiado interés entre los constituyentes electos el fin de semana en cuanto a afectar la independencia del Banco Central, pero sí se podrían impulsar medida para modificar su rol, por ejemplo, ampliando sus objetivos. Así, se han planteado ideas de que su misión vaya más allá de mantener estable la inflación y el funcionamiento del sistema de pagos y, con ello, perseguir la estabilidad del sistema financiero, sino que también velar por la protección y fomento del empleo.
De hecho, según un documento con las definiciones de la Lista del Pueblo, una de las ganadoras de las elecciones constituyentes, "dadas las prácticas neoliberales que han impregnado las instituciones, propondremos una revisión de los fines y objetivos del Banco Central, de manera tal que contribuya de modo eficiente a la nueva economía que demanda el nuevo escenario".
En entrevista con
EmolTV, el convencional
Manuel Woldarsky, elegido en el distrito 10 y miembro de la Lista del Pueblo, profundizó en esa definición y comentó que "hay que preguntarse si acaso la autonomía del Banco Central es tal hoy. Creo que hoy es un día en el que todavía tenemos muchas preguntas, hay harto paño que cortar, y particularmente ninguna institución debe escaparse de la posibilidad que tenemos de dejar la democracia representativa, y pasar a una democracia participativa".
"Desde esa perspectiva, no solo el Banco Central, sino que la Contraloría, el órgano Ejecutivo, el órgano Legislativo y el órgano Judicial deben ser sometidos a revisión, a evaluación y a consulta pública en el sentido de cuál es el mejor método para poder organizarlos", agregó. Aunque, en todo caso, acotó que "en lo personal, creo que debe mantener su autonomía (el Banco Central)".
En tanto, según consignó El Mercurio, Rodrigo Logan, de la lista "Independiente", manifestó en su propuesta que "la futura Constitución debe consagrar una institucionalidad que asegure la sostenibilidad fiscal y estabilidad macroeconómica, incorporar el principio de responsabilidad fiscal y reconocer en su texto la autonomía del Banco Central".
Línea compartida por Cristina Dorador, de la lista "Movimientos Independientes del Norte", quien estimó que debe mantenerse "la autonomía del Banco Central, cuyos integrantes sean designados mediando mecanismos públicos, transparentes, participativos y con criterios de competencia profesional".
Por otra parte, según una encuesta realizada por La Tercera, el 87% de los convencionales constituyentes electos aseguró que su postura es mantener la autonomía del Banco Central. Sin embargo, de ese número, un 49,6% es partidario de introducir reformas a su funcionamiento, y un 37,2% optaría por no realizar cambio alguno.
En tanto, el 13,3% de quienes escribirán la nueva Carta Magna se inclinan por eliminar su autonomía constitucional.
Al hacer zoom en el grupo que optó por introducir reformas, se constata que 16 constituyentes militan en partidos políticos: 12 de ellos dentro del bloque de oposición y cuatro de ello en el oficialismo. Su edad promedio es de 44 años.
En tanto, los independientes que optaron por esta alternativa llegan a 44 casos, siendo 23 de los constituyentes electos mujeres y 21 hombres.