Crítica es la postura de la ex directora del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Ximena Clark, tras conocerse la decisión del Gobierno de Gabriel Boric de postergar, por segunda vez, el Censo que estaba agendado para 2023.
Y es que fue en octubre de 2020 cuando el INE anunció que el catastro nacional –en un principio previsto para 2022– se postergaría un año, bajo el argumento de que la pandemia no permitió realizar adecuadamente las fases previas. De hecho, en ese entonces, las autoridades del ente estadístico atribuyeron el cambio de fecha a "razones estrictamente técnicas".
Ahora, de acuerdo a lo señalado por el Ministerio de Economía y el INE, los motivos de este nuevo aplazamiento serían los mismos, con lo cual la fecha quedó fijada para el primer semestre de 2024, específicamente entre los meses de marzo y junio de ese año. Con ello, los resultados del Censo recién estarían disponibles en 2025.
Según lo expuesto por ambos organismos en un comunicado, la decisión obedece a "razones técnicas derivadas en gran parte por la situación sanitaria del país en relación con la pandemia del covid, que no ha permitido realizar un plan de pruebas exhaustivo para garantizar un buen proceso de implementación del levantamiento del Censo".
El texto, además agregó que el proceso "requiere de un trabajo de diseño, preparación y testeo para reducir al mínimo eventuales inconvenientes de la labor de implementación del trabajo de campo, con el objeto de asegurar la máxima calidad y confiabilidad a los datos que perdurarán hasta el próximo Censo".
Consultada por el tema, Clark, quien estuvo a cargo de la dirección del INE entre 2014 y 2018 y lideró el Censo de 2017 -el último llevado a cabo en Chile- , comentó a Emol: "Me parece entendible que el Censo no se pudiera realizar el 2022, producto del impacto de la pandemia, pero volver a postergarlo aludiendo a la misma razón creo que es abusar del justificativo".
"Tenemos otros países en la región, como Costa Rica, Brasil y Argentina, por ejemplo, que postergaron una vez, pero siguieron trabajando en los preparativos y este año están ad portas de implementar el Censo. No pareciera ser el caso de Chile, en donde además ha habido renuncias de personal con experiencia en Censo, incluida la jefa del Censo en diciembre pasado", acotó.
En la misma línea, la economista cuestionó la poca difusión que ha tenido el proceso en general. "Hemos tenido muy poca información técnica y pública sobre las tareas preparatorias de un operativo tan importante como el Censo de Población y Vivienda, que involucra a toda la población", añadiendo que
"los presupuestos asignados al INE por el Gobierno anterior no dan cuenta que haya sido prioridad ni estado realmente en carpeta".
Lo que sí, Clark sostuvo que "reconocer que postergar a tiempo siempre es ser mejor que hacer un mal Censo y desperdiciar recursos públicos, y en ese sentido postergar puede ser una señal de responsabilidad fiscal. Todo indica que la decisión la tomó Economía, puesto que hasta hace pocos meses, lo poco que existía de información por redes sociales por parte del INE, mencionaba un Censo 2023".
Impacto en políticas públicas
A la hora de evaluar si esta medida incidirá en la obtención de información oportuna para la confección de políticas públicas pertinentes, especialmente si se considera que los resultados probablemente estén recién en 2025, la actual directora ejecutiva del Decanato de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile plantea que "el solo hecho de postergar automáticamente sacrifica el tener información oportuna para las políticas públicas y las decisiones privadas también".
"Hoy en día, exacerbado por la pandemia, tenemos una alta demanda por mayor representatividad de las estadísticas a nivel territorial y en particular para áreas geográficas pequeñas, que es lo que cubre un Censo", enfatizó.
Tras ello, mencionó una serie de ejemplos para dar cuenta de lo anterior, como el caso de "la migración interna que se produjo en nuestro país, voluntaria o por necesidad, cuya única forma de medirlo hoy es vía un Censo. Ese dato resulta clave para asignar recursos a las regiones, comunas y en particular a las localidades más vulnerables a lo largo de todo el país".
"El solo hecho de postergar automáticamente sacrifica el tener información oportuna para las políticas públicas y las decisiones privadas también"
Ximena Clark, ex directora del INE
Y advirtió que "hoy no sabemos si esta tendencia que se vio con la pandemia de migrar de la ciudad hacia lugares más dispersos fue solo una reacción de corto plazo y con la vuelta a la nueva normalidad de colegios, universidades, y trabajo presencial, esas familias volvieron o no a sus lugares de residencia de origen. Este punto no es menor, dado que se puede estar sobre valorando o subvalorando la necesidad de inversión en infraestructura o gasto social".
Otro aspecto apunta a "la migración internacional, en donde sabemos - más o menos - cuantas personas ingresan al país, pero no hacia donde migran internamente, y no existe ningún otro instrumento estadístico para medir la migración interna en Chile más que el Censo".
Si bien, dijo que con la información Censo 2017 se puede tener la información básica para las políticas públicas hasta el 2025 "sin mayores problemas", recordó que "ese fue un Censo de emergencia por el fallido censo de 2012".
Por lo mismo, señaló que "fue un Censo abreviado en cuanto a las preguntas, por lo que postergar de nuevo el Censo actual implica una pérdida de oportunidad en aquellos temas que el Censo 2017 no indagó, como es la situación de discapacidad de la población".
En resumen, explicó que con esta medida "se pierde la oportunidad de un mejor diseño y focalización de la política pública, incluida la asignación de recursos, y la posibilidad de abordar necesidades de la población que se agravaron con la pandemia".
"Todo lo que es y seguirá siendo el impacto de la pandemia en la educación, medido a nivel de territorios pequeños, o las necesidades de acceso y uso de las TICS en general quedará pendiente hasta después del 2025. Aspectos asociados a la calidad de la vivienda, condiciones de hacinamiento, acceso a agua para consumo de los hogares, también", indicó.
"Mientras más tiempo pasa -y esto es más técnico-, más se desactualizan los marcos muestrales, que es de donde se diseñan las muestras para hacer encuestas, y con eso entonces las encuestas van perdiendo precisión".