"La política monetaria ha hecho un ajuste significativo y está propiciando la resolución de los desequilibrios presentes en la economía. No obstante, la inflación sigue siendo muy elevada y la convergencia a la meta de 3% aún está sujeta a riesgos. El Consejo mantendrá la TPM en 11,25% hasta que el estado de la macroeconomía indique que dicho proceso se ha consolidado", sostuvo la entidad en el comunicado del 6 de diciembre.
En en el análisis que realizó el Consejo para llegar a esta decisión, destaca que la economía chilena continuaba con su proceso de ajuste tras los importantes desequilibrios acumulados durante 2021.
En esa línea, resaltaron que "la actividad interna ya comenzaba a exhibir tasas de variación anual negativas. Medido en términos desestacionalizados, en el tercer trimestre, el PIB no minero había completado dos trimestres consecutivos con contracciones. En este contexto, el consumo privado continuaba normalizándose luego de los fuertes incrementos registrados en 2021".
Respecto al panorama económico global, los expertos estimaron que "era complejo, dada la alta persistencia inflacionaria mundial y las alzas de tasas acordadas por los principales bancos centrales. Las proyecciones para 2023 apuntaban a que economías de relevancia mundial, como Estados Unidos de América y la Eurozona, sufrirían recesiones en 2023. Varias otras, incluida China, tendrían bajas tasas de expansión".
"El Banco Central había efectuado un ajuste significativo de la política monetaria, llevando la TPM a 11,25% en la Reunión de octubre. Ello estaba contribuyendo al paulatino alivio de las presiones inflacionarias y permitiría enfrentar las dificultades del escenario externo desde una mejor posición", menciona el documento.
Junto con ello, los economistas aseguraron que "el panorama inflacionario local había evolucionado muy cercano a lo previsto en el Informe de Política Monetaria (PoM) de septiembre, lo cual era una novedad relevante tras varios trimestres en que el escenario macroeconómico había mostrado cambios sustanciales entre Informes".
Con todo, la minuta señala que "el descenso de la inflación anual era una noticia positiva; no obstante, los riesgos estaban lejos de haberse disipado. La persistencia inflacionaria seguía siendo un tema de mucha preocupación. La inflación seguía en niveles muy por encima de la meta y las proyecciones del escenario central de este IPoM eran mayores que las del Informe anterior".
Las opciones
De acuerdo a la minuta, todos los consejeros concordaron en que los antecedentes conocidos desde la RPM de octubre eran, en lo grueso, "coherentes con la decisión anunciada en ese momento".
Esto era que, tras subir la Tasa de Política Monetaria (TPM) a 11,25%, el Consejo había comunicado que "se ubicaba en el nivel máximo del ciclo iniciado en julio de 2021 y que se mantendría en ese valor por el tiempo necesario para asegurar la convergencia de la inflación a la meta en el horizonte de política de dos años".
"Todos los consejeros estuvieron de acuerdo en que los puntos de inflexión de la política monetaria estarían basados fundamentalmente en una evaluación del estado de la economía y no en fechas específicas"
Banco Central
En ese contexto, todos los Consejeros concordaron en que "la única opción plausible" para la reunión de diciembre era mantener la TPM en 11,25%.
Hubo consenso entre los economistas en que los desarrollos de los últimos meses indicaban que la economía estaba en una fase de ajuste y que la inflación comenzaría a ceder. No obstante, afirmaron que ello "no implicaba que los esfuerzos por reducir la inflación debían disminuir, ni mucho menos pensar que el problema inflacionario estaba resuelto".
"Todos los consejeros estuvieron de acuerdo en que los puntos de inflexión de la política monetaria estarían basados fundamentalmente en una evaluación del estado de la economía y no en fechas específicas", indica el documento publicado hoy.
Y advirtieron que "comenzar prematuramente el proceso de recortes de la TPM podía tener efectos negativos en materia de persistencia inflacionaria y, por lo tanto, sobre la actividad económica, en la medida que se materializaran escenarios de sensibilidad que obligaran a pausar o incluso revertir dicho proceso. Además, esto podría afectar adversamente la comunicación de la política monetaria y la credibilidad del Banco".