La desaceleración económica posterior al boom de los retiros y las masivas ayudas fiscales se mezcló con la elevada inflación, tasas más restrictivas, el aumento de los precios de los materiales, y la escasez de mano de obra para hacer sufrir al sector inmobiliario el año pasado.
En efecto, se trató de un contundente cóctel que puso en riesgo la continuidad de una gran cantidad de iniciativas de infraestructura pública, pues obligó a varias empresas a iniciar procesos de reorganización concursal o liquidación. También motivó al Gobierno a generar medidas para mitigar los incrementos de costos, como el reajuste extraordinario a contratos de obras públicas que estaban en marcha.
Pero diversos representantes de una de las industrias más golpeadas en el ejercicio anterior aspiran a dejar todo aquello en el pasado y concentrarse en un 100% en el 2023, un periodo que se asoma con sus propias dificultades, pero que también proyecta aspectos positivos.
Así lo manifestó el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Juan Armando Vicuña, quien comentó a Emol que si bien para este periodo se esperan ventas inferiores a los promedios históricos, sí prevén que superarán los registros de 2022.
"En los últimos meses del año pasado ya se empezaron a ver tasas de interés más atractivas, lo que, unido a la baja de la inflación, hará que el costo de los créditos hipotecarios vaya disminuyendo", explicó Vicuña.
Asimismo, resaltó que "hay iniciativas que tendrían un efecto positivo para aquellas personas que quieren acceder a una vivienda, como ofertas especiales de crédito que haga la banca para ciertos perfiles, estrategias de comercialización más agresivas por parte de las empresas inmobiliarias y la entrada en vigencia de la garantía estatal al pie de los créditos hipotecarios que anunció el Gobierno y que esperamos ingrese, tal como comprometieron, la primera semana de enero".
Cabe mencionar que al cierre de 2022 las alzas de los insumos de la construcción comenzaron a mostrar señales de moderación, y según el informe Mach de la CChC, en octubre y noviembre los crecimientos anuales de los valores estuvieron por debajo del 20%, tras 15 meses consecutivos subiendo por sobre ese nivel.
A juicio del director ejecutivo de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI), Vicente Domínguez, "el sector inmobiliario espera que en el primer semestre se mantengan los niveles de venta del 2022, exhibiéndose un repunte en el segundo semestre si efectivamente la inflación desciende y la tasa de interés, especialmente en los créditos hipotecarios, se mantiene o baja".
"Ello sí debería acompañarse de certezas en una buena marcha en lo político-legal, y en el regreso paulatino a un buen clima de negocios", agregó.
Por su parte, Jaime Ugarte, director ejecutivo de Colliers, sostuvo que proyecta "una leve reactivación para el próximo año, siempre y cuando se pueda manejar la inflación y con eso apuntar a una baja de la tasa de interés durante el año".
¿De qué dependerá la reactivación del sector?
Consultada por el tema, Ana María del Río, gerente comercial de Siena Inmobiliaria, sostiene que "desde el punto de vista de la oferta, la reactivación vendrá ligada a las certezas que haya en el mercado de capitales y las certezas de permisiología que permitan desarrollar proyectos inmobiliarios".
"Desde el punto de vista de la demanda, tiene que ver con la estabilización de la inflación y por ende del valor de la UF y la capacidad de acceso a créditos hipotecarios, con tasas que permitan una cuota asequible y la mejora en la percepción de la estabilidad laboral", acotó.
"Es fundamental que se den señales públicas, para que no vuelva a ocurrir el bochorno que está sufriendo Fundamenta, por ejemplo. Un aspecto muy relevante es que se aceleren dentro del marco legal las aprobaciones de proyectos que hoy están detenidos"
Jaime Ugarte, director ejecutivo de Colliers
Se trata de una postura que comparte
Enrique Loeser, gerente comercial de Altas Cumbres, quien considera que "las tasas tendrán especial relevancia en cómo se desarrolle el mercado inmobiliario y, para ello, deberemos tener a la vista cómo progresa la inflación en nuestro país. Nuestra proyección es que este año, especialmente durante el segundo semestre, las tasas de interés irán bajando y los bancos empezarán a flexibilizar sus restricciones para acceder a créditos, lo que incidirá claramente en que el mercado inmobiliario vuelva a dinamizarse".
Esteban Acevedo, gerente de finanzas corporativas de GPS Property, en tanto, expuso que "las señales de reactivación van a estar dadas principalmente por dos razones: parte de las restricciones en las líneas de financiamiento de los proyectos y la capacidad de generar liquidez de los desarrolladores, y por los niveles de ventas que puedan tener las inmobiliarias y la baja de su stock de productos, en especial el de unidades terminadas".
Desde la perspectiva de Felipe García, director para Latinoamérica Sur de Tinsa, "el mercado de vivienda es todavía el de mayor masividad y regularidad a largo plazo, aun considerando las crisis que cada cierto tiempo le afectan, y además el que mayor urgencia de desarrollo tiene dado el déficit habitacional existente, no solo en Chile, sino que en casi todos los países".
"A la espera de esas mejoras en el entorno económico, que derivan en el mercado inmobiliario, pensamos que es posible que cierta inversión se traslade a mercados de mejor comportamiento, pero también creemos que proliferarán diferentes iniciativas o alternativas para continuar la participación activa de los desarrolladores e inversionistas en el mercado residencial", agregó.
Finalmente, Ugarte, director de Colliers, hizo hincapié en el ámbito político, asegurando que "es fundamental que se den señales públicas, para que no vuelva a ocurrir el bochorno que está sufriendo Fundamenta, por ejemplo. Un aspecto muy relevante es que se aceleren dentro del marco legal las aprobaciones de proyectos que hoy están detenidos".
"Por otra parte, la reactivación dependerá en gran parte de que la inflación vuelva a niveles de un dígito durante el primer semestre y que no supere el 5% a final de año, para que el Banco Central tenga espacio para bajar la tasa y con ello las instituciones financieras faciliten el financiamiento de nuevos proyectos", cerró.